147- Geminis x Leo

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   Era el primer día de clases, y Leo estaba buscando a Géminis por todos lados ¿Que tan difícilmente podía ser encontrar a un chico alto y delgado con cabello azul? No era como si pasara desapercibido

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Era el primer día de clases, y Leo estaba buscando a Géminis por todos lados ¿Que tan difícilmente podía ser encontrar a un chico alto y delgado con cabello azul? No era como si pasara desapercibido. Habían sido mejores amigos desde que tenían memoria, y, aunque a ninguno le molestaría ser algo más, nunca habían considerado la posibilidad de ser pareja.

Cuando al fin lo encontró, él estaba en un pasillo, hablando con una chica bajita y rubia que Leo no había visto nunca en su vida. "Debe ser nueva" pensó, mientras se acercaba. La chica sonreía y parecía llevarse bien con él.

–¡Te estuve buscando por todos lados! –le dijo a Géminis, después de saludarlo.

–Los pasillos son un quilombo –dijo él, y no se equivocaba, había gente confundida por todos lados, no se podían dar dos pasos sin chocarse con alguien– ¿Ya conociste a Sagitario? Entró este año y es nuestra compañera.

–Soy Leo –se presentó, sonriendo.

Durante los siguientes días, Sagitario se hizo muy amiga de los dos, y prácticamente se volvió parte del grupo, aunque hablaba más con Géminis que con la leonina. A Leo le caía muy bien, era simpática, pero no le gustara que se robara toda la atención cuando estaban hablando con Géminis. Había algo en la forma en la que Sagitario le hablaba al chico que no le gustaba mucho a la leonina.

Poco a poco, Leo sintió que la iban dejando de lado. Sagitario, en medio de su verborragia permanente, no dejaba que Leo hablara, a pesar de que no lo hacía a propósito. Se dio cuenta que las interacciones entre Sagitario y Géminis eran más coquetas que amistosas, y ahí fue cuando se dio cuenta de que estaba celosa. Pero no podía dejar, bajo ningún término, que ellos dos estuvieran juntos.

Un martes al mediodía, mientras todos almorzaban, Leo fue a buscar su botella de agua al salón, ya que se la había olvidado. Pero se detuvo la puerta. Adentro, Sagitario estaba hablando con alguien por teléfono. Se quedó callada, escuchando lo que decía. A juzgar por la expresión de Sagitario, estaba hablando de algo importante.

–Si, me gusta mucho... se llama Géminis... –sonrió cuando dijo su nombre– si, creo que lo voy a invitar a salir... ¿Si? Creo que lo voy a hacer mañana...

Leo sintió como se le revolvía el estómago al escuchar eso. Solo había una forma de evitar que eso pasara, y era ganándole de mano a Sagitario. Tendría que ir más rápido que ella. Pero ¿Que haría si Géminis le decía que no? No quería arruinar su amistad, no de esa forma. Aunque, si no se arriesgaba, lo perdería de todas formas, y eso sí que no podía permitirlo.

Se pasó toda la noche pensando en lo que haría al día siguiente respecto al plan de Sagitario, pero el sueño la venció antes de que pudiera llegar a una conclusión. A la mañana siguiente, seguía sin tener ni la más remota idea de lo que haría. Solo sabía que ya no quería ser solo la amiga de Géminis, y que movería cielo y tierra si era necesario para conseguirlo.

A pesar de que no sabía con exactitud que era lo que iba a hacer, se visitó con lo mejor que tenía y era acorde al colegio. Se puso unos jeans negros ajustados y una blusa blanca arremangada con un nudo. Dejó sus rizos chocolate sueltos y se maquilló sutilmente, aunque le temblaba la mano. Estaba muy ansiosa. No podía arruinarlo. Si salía mal, no sería solo un rechazo, sino que también estaría perdiendo a su mejor amigo.

Fue una mañana algo extraña para todos. Sagitario estaba más animada y charlatana de lo usual, lo cual ya era mucho, mientras que Leo estaba más taciturna y perdida en sus pensamientos, cosa que no pasaba casi nunca. Géminis lo notó, pero decidió no indagar mucho. Cada tanto ella se ponía así, de mal humor, por lo que solo le llevaría chocolates a su casa más tarde, pero no haría preguntas, sabía que ella las odiaba y que probablemente lo mandaría a la meirda.

Después de la quinta clase del día, Géminis vio su celular y salió del aula sin decir nada. Leo, desde lejos, lo siguió hasta la parte de atrás del edificio. "Seguro acordó verse con Sagitario acá". Lo observó por unos segundos desde su escondite, antes de decidir que hacer. "No puedo quedarme de brazos cruzados para ver como ella le confiesa que le gusta" pensó, antes de acercarse a él.

–¿Qué haces acá? –preguntó Leo, intentando que no se notara que estaba planeando algo..

–Ni idea, Sagitario me dijo que viniera...

Después de dos segundos de debate interno, Leo lo tomó del cuello de la camiseta y lo besó. Era más fácil que decirle que le gustaba, y era menos probable que Sagitario los interrumpiera si no creía que solo estaban charlando. Y, aparentemente, también fue bastante efectivo, porque Géminis la tomó por la cintura para pegarla más a él y le devolvió el beso. El siempre había querido besar a Leo, le encantaban sus labios, y se sentía tan bien como lo había imaginado.

–Me gustas –murmuró Leo, cuando se separaron, con la cabeza ligeramente inclinada hacia arriba, ya que él era más alto..

El sonrió, acariciando la mejilla de la chica.

–A mi también.

Iban a besarse de nuevo, pero Leo sintió que alguien los observaba, así que giró la cabeza, para encontrarse con Sagitario.

–Lo siento, no quería interrumpir –dijo la rubia, antes de irse.

A Leo le dio un poco de pena, ella no tenía la culpa de haberse enamorado del mismo chico que Leo.

–Le gusto ¿No? –preguntó Géminis, después de ver la reacción de Sagitario.

–Sep –dijo Leo.

–Ya me va a superar.

Tras decir eso, Géminis tomó la barbilla de Leo y volvió a besarla. Podría acostumbrarse a eso.





Este capítulo es para @Anbegora espero que te haya gustado 💙

One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora