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Libra y Géminis eran gemelas, pero era bastante fácil diferenciarlas gracias a la forma en la que se vestían, ya que la geminiana siempre usaba ropa más llamativa que su hermana. Además, sus grupos de amigos eran bastante diferentes. Mientras que Géminis era lo que se podía considerar "popular", Libra era más amiga de las "nerds" por así decirlo, y estaba bien con ellas. Eran bastante graciosas, a diferencia de lo que su gemela decía.
Acuario era uno de los mejores amigos de Géminis. Nunca había hablado mucho con Libra porque los padre de las gemelas no las dejaban invitar hombres y a penas se cruzaban en la escuela, así que sólo sabía lo que le contaba su gemela y, por mucho que le agradara, sabía que la información no era del todo confiable.
Por primera vez desde que entraron a esa escuela, Géminis logró invitar a sus amigos, ya que sus padres se habían ido de viaje y no tenían porqué enterarse.
Libra estaba en su habitación estudiando tranquila, cuando de repente entraron alrededor de diez personas, gritando y riendo a carcajadas, eran los amigos de su hermana. Una parte de ella quiso echarlos, pero otra parte recordaba que también era la habitación de su gemela y que técnicamente ella podía invitar a quien quisiera, así que simplemente agarró sus cosas y bajó a la sala de estar para poder seguir estudiando. Se rindió a la media hora, ya que los gritos se escuchaban desde ahí y no podía concentrarse, por lo que terminó viendo Netflix.
No se cruzó con los amigos de su hermana hasta que fue a la cocina a buscar pizza, para después volver a la sala. Era la una de la mañana y ella seguía ahí, viendo Brooklyn nine nine. Nadie se percató de que estaba ahí, hasta que Acuario bajó y se sentó junto a Libra.
—¿Por qué no estas con los demás? —preguntó ella, algo confundida.
—Se pusieron a hablar de una fiesta en la que no estuve y me aburrí —respondió él, encogiéndose de hombros—Y después recordé que estabas acá sola y pensé en venir a hablar.
Se quedaron en silencio un rato, sin saber bien que decir. A penas se conocían, no sabían si tenían cosas en común o no. Lo único que sabían del otro eran sus nombres y edades, nada más. De repente, Libra volvió a ver la serie.
Ella intentó ignorarlo, pero no podía evitar notar la mirada de Acuario sobre ella. Esperó a que él la dejara de observar, pero no lo hizo.
–¿Que? –preguntó ella, intentando no sonar muy incómoda.
–Eres muy bonita –dijo él, haciendo que ella se sonrojara un poco.
–Gra-gracias –tartamudeó ella.
Volvió a mirar hacia el televisor, intentando no pensar en lo que le había pasado. Su mente volvía una y otra vez a lo que él había dicho ¿En serio pensaba que era linda? ¿Eso significaba algo más? ¿Que tenía que hacer? Las personas solían preferir a Géminis, ya que desprendía ese aire que te hacía pensar que estaba totalmente fuera de tu alcance. La mirada de él seguía sobre ella.
–¿Libra?
Ella giró la cabeza al escucharlo decir su nombre. A penas lo hizo, él le robó un beso. Fue corto e inocente, pero fue suficiente para dejarle la mente totalmente en blanco. "¿Se habrá confundido con Géminis?" pensó, pero después recordó que la había llamado por su nombre, por lo que no podía ser una confusión.
Pero como no sabía que más decir, preguntó.
–Sabes que Géminis está arriba y yo soy Libra ¿No?
El soltó una risa.
–Lo sé –dijo –Solo quería besarte.
Ella lo miró, todavía más confundida que antes. No sabía si era un juego, o si lo estaba diciendo en serio. Tal vez estaban jugando verdad o reto y lo habían retado a ilusionarla, no le sorprendería de algunas de las personas que estaban en esa casa. El se puso serio de repente.
–Géminis no te lo dio ¿Verdad?
–¿Que cosa? –preguntó Libra, frunciendo el ceño.
–Le pedí que te diera un dibujo que tenía algo escrito atrás ¿De verdad no te lo dio?
La chica negó con la cabeza, y él maldijo. La gemela de Libra le había dicho que ya le había dado el dibujo, y que le había encantado.
–No, solo me mostró un retrato que le hiciste de ella. –respondió la rubia.
–Nunca le hice un... oh. Se quedó con tu dibujo, pero ¿Por qué?
Ella estaba demasiado ocupada pensando en el que él le había hecho un retrato, que no se le pasó por la mente que tal vez a Géminis le gustara el chico.
—Gracias de todas formas —dijo ella, besando la mejilla de Acuario rápidamente.
El aprovechó lo cerca que estaban para robarle otro beso, esta vez un poco más largo. Pero una voz que venía desde las escaleras los obligó a separarse inmediatamente.
—Acuaaaa —gritó Géminis —Te equivocaste de hermanaaaaaaaaa.
Ambos notaron al instante que la chica estaba borracha, así que la ayudaron a terminar de bajar las escaleras, aunque Acauario tuvo que alejarse a los pocos segudnos, porque la chica no paraba de intentar besarlo. Al final, Libra logró convencerla de dormir en el sillón.
Cuando se aseguró de que su hermana no se movería de ahí, giró para decirle algo a Acuario, pero notó que él no estaba ahí. Subió las escaleras, buscandolo, y lo encontró sacando a los demás adolescentes borrachos de su habitación. Logró que todos durmieran en la sala con Géminis.
—Ahora tenés tu habitación de vuelta —dijo él cuando terminó.
—Gracias... —se quedaron en silencio unos segundos, todavía sin saber que decir.
Acuario besó la mejilla de Libra.
—Descansa.
Tras decir eso, él dio media vuelta para irse, pero Libra tomó su brazo, frenandolo.
—Abajo Géminis no te va a dejar dormir en paz si despierta. Acá hay dos camas.
Acuario decidió quedarse, pero solo porque no quería dejarla sola. Cada uno se recostó en una de las camas y ella apagó la luz. Se durmieron rapidamente, ya que era tarde y estaban cansados. Pero la tranquilidad no les duró mucho.
A eso de las tres de la mañana, Libra se despertó por la misma pesadilla de siempre. Soñaba eso practicamente todas las noches. Ella estaba en un lugar oscuro. Y de repente caía al agua. No podía nadar ni respirar. No podía hacer nada. Solo quedarse ahí y morir. Era lo mismo cada noche desde que casi se había ahogado a los diez años.
El gritito que se le escapó al despertar despertó a Acuario, que se preocupó mucho al verla llorando y temblando de esa manera, intnetando recuperar el aliento. Ella odiaba esa sensación.
—¿Que pasa? —preguntó Acuario, sentandose junto a Libra. La abrazó.
—Siempre tengo la misma pesadilla —dijo ella, intentando dejar de llorar, apoyandose en el pecho del chico.
El esperó a que ella se calmara para volver a hablar. Decidió que preguntaría por la pesadilla más tarde, en ese momento quería asegurarse de que estaba bien. Podía esperar un poco para saber.
—¿Te quedas conmigo? —preguntó ella, al ver que Acuario estaba a punto de levantarse.
—Claro.
Tras decir eso, él se acostó junto a ella y la abrazó.
Este capítulo es para @primstar1957 espero que te haya gustado 💙
