117- Escorpio x Capricornio x Virgo

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   Capricornio estaba segura de que la estaban siguiendo

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   Capricornio estaba segura de que la estaban siguiendo. Había un hombre que caminaba detrás de ella desde hacía un par de cuadras. Cambió de rumbo. No quería guiarlo hacia su departamento. Ya había puesto a su familia en peligro el año anterior, cuando su ex novio la había obligado a unirse a su pandilla. No cometería el mismo error dos veces. Había creído que ya había dejado atrás ese mundo, pero se había equivocado.

Por suerte, las viejas costumbres seguían ahí, por lo que rápidamente armó un plan, calculando las posibilidades de éxito. Comenzó a apretar el paso, y logró poner más distancia entre ella y el hombre. Caminó una cuadra más y dobló. Sin que el tipo la viera (ya que todavía no había doblado) se metió en un callejón y sacó una navaja que siempre llevaba en con ella. Esperó.

A penas vio que el hombre pasaba por en frente del callejón, ella se le puso adelante y le puso la navaja en la garganta.

–¿Para quien trabajas y por qué te mandaron a seguirme?

Capricornio esperaba una confesión, o que suplicara por su vida. Pero el hombre solo sonrió. Era una sonrisa torcida y maliciosa. Ella sintió como los latidos de su corazón se aceleraban. Una sonrisa como esa solo podía significar problemas, en especial cuando la persona que sonreía tenía un cuchillo en la garganta.

Al mirar a su alrededor, Capricornio vio como varias personas vestidas de negro comenzaban a rodearlos. La mayoría usaba capuchas que cubrían gran parte de su rostro. Sintió los latidos de su corazón acelerarse.

–Bajá la navaja. –ordenó una molesta voz femenina que el signo de tierra reconoció al instante. Leo.

Era valiente, pero no estúpida, así que bajó el arma y giró para mirar a la pelirroja. El signo de fuego llevaba unos tacones de aguja rojos que le agregaban veinte centímetros y combinaban con la daga en su mano derecha.

–¿Que querés? –preguntó Capricornio, intentando no demostrar miedo.

–Hablar. –dijo la otra chica, inocentemente. –Es que hoy te vi hablando con Virgo. –la chica se tensó al escuchar el nombre del chico que le gustaba. –Escuché algo de que iban a ir a almorzar a tu casa mañana. –la leona le hizo una seña a alguien que estaba detrás de ella. El chico avanzó, y Capricornio se sorprendió al notar que era Virgo. Parecía cansado y derrotado, como si no quisiera estar ahí. –Bueno, eso no va a pasar. Porque no me gusta que mi novio esté a solas con otra. Y a él no le molesta. –giró hacia él. –¿Tengo razón? –le preguntó, tomando su mano.

El, sin revelar ninguna emoción, asintió y correspondió cuando ella lo besó. La capricorniana apartó la mirada. Ya lo había entendido, a la princesita de los gangsters* le gustaba Virgo. Se mantendría lejos ¿Pero por qué no la dejaban irse a su casa? Estaba perdiendo el tiempo ahí.

(*Gangsters = pandilleros)

–¿Ya me puedo ir? –preguntó Capricornio.

–Nos encantaría. –dijo Leo, con una sonrisa más falsa que su cabello rojo. –Pero queremos que la advertencia... –giró la daga en su mano. –deje una marca.

One-Shots Zodiacales (PEDIDOS CERRADOS)Where stories live. Discover now