Capítulo 39

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Recuerdos dolorosos

Me desperté algo inquieta, busqué a Ethan, y al no encontrarlo me incorporé de golpe. Observé detenidamente la habitación en la que me encontraba: era la mía, la que ocupaba cuando vine a vivir aquí. Me costó unos segundos, pero recordé que la noche anterior había aparecido en casa mi hermano, y que por eso habíamos dormido separados. Bajé a desayunar sobre las diez y media de la mañana, mi hermano y Ethan estaban sentados en la mesa tomando un café.

—Buenos días —me acerqué a Ethan para besarlo, como de costumbre, pero paré a tiempo al recordar que mi hermano estaba ahí.

—Ya era hora —protestó Ethan mientras me guiñaba un ojo.

Mi hermano le dio un sorbo a su café y nos miró con los ojos entrecerrados. Intenté hacer caso omiso y empecé a prepararme el desayuno mientras Ethan le preguntaba por la universidad.

—¿Estáis saliendo juntos?

Ethan y yo nos miramos durante unas milésimas de segundo antes de enfrentar a mi hermano. Me mordí el labio inferior, me senté en la mesa y decidí abordar el tema de la forma más natural posible.

—Sí, queríamos decírtelo hoy, pero te nos has adelantado —dije mientras me rascaba la nuca y sonreía con nerviosismo—. ¿Te parece mal?

—Te aseguro que no es ningún capricho —se apresuró a aclarar Ethan con una expresión muy seria en su rostro—. La quiero más que a nada.

Mi hermano suspiró y se encogió de hombros.

—En el fondo sabía que esto podría pasar. No me molesta mientras estéis realmente enamorados, y obviamente no toleraré que la engañes ni le hagas daño —dijo esto último mirando a Ethan.

Observé cómo mi hermano se levantaba y le daba una palmada en la espalda a su amigo, luego se giró hacia mí y me guiñó un ojo. Cuando Derek salió de la cocina aún me encontraba en estado de shock.

—¿Qué acaba de pasar?

Ethan se encogió de hombros.

—Igual le han freído el cerebro en el hospital.

Ethan lo había dicho de broma, pero no pude evitar fruncir el ceño ante el comentario.

Acabé de desayunar y salí en busca de mi hermano: lo encontré en el sofá mirando el móvil.

—¿Seguro que estás de acuerdo?

Al principio me miró con cara de interrogante, pero enseguida supo a qué me refería.

—Claro. ¿Por qué no iba a estarlo? Ethan hace tiempo que se fijó en ti.

—Lo sé —ante su cara de asombro decidí sentarme a su lado—. No me malinterpretes, me alegro de que estés de acuerdo con lo nuestro. Pero me sorprende, antes no lo estabas.

Mi hermano se rió de forma nerviosa y se rascó la nuca.

—¿Antes?

—Antes del accidente.

Se sorprendió, pero no dijo nada. Ethan no tardó en salir de la cocina y sentarse a mi lado en el sofá.

—Alba me lo ha contado —dije haciendo referencia al accidente.

—Es una bocazas...

—¿Pensabas que no nos daríamos cuenta? —mi hermano se encogió de hombros—. Llevas meses sin hablarnos por nuestra relación, incluso Jenny rompió contigo por esto.

Se quedó callado mirando al suelo.

—Derek, queremos ayudarte —la voz de Ethan era calmada.

—No podéis —dijo mirándonos a los ojos—. Nadie puede, por eso regresé. Me han hecho mil pruebas, y no creen que pueda recuperar la memoria que he perdido. Necesitaba que alguien me recordara qué había pasado.

Algo en mi interior se removió. Me daba mucha pena ver a mi hermano en esa situación.

—¿Y por qué no nos lo preguntaste nada más llegar?

—Porque sabía que algo raro pasaba. ¿Cómo es posible que durante días no me hablen ni mi hermana, ni mi mejor amigo, ni mi novia? Es más, ¿cómo podía ser que las conversaciones estuvieran en blanco? —nos miró y dio un gran suspiro—. Podía llegar a entender que algo había pasado, pero no sabía el qué.

—Tranquilo, por nuestra está todo perdonado —sonrío al oír las palabras de Ethan.

—¿Y Jenny?

Cogí aire y lo retuve unos segundos antes de contestar.

—Jenny es un tema más complicado...

—¿Está con otro? —guardamos silencio mientras mi hermano nos miraba—. He visto su Instagram, creo que es obvio que está con otro, pero me gustaría que me lo aclaraseis.

—Sufrió mucho cuando lo vuestro se acabó. Te estuvo esperando, pero tú cortaste totalmente el contacto con ella.

—Ya... Bueno, entonces es normal que se haya olvidado de mí.

—¿Estás bien?

Lo pregunté por preguntar, sabía de sobras que no debía estar bien.

—Sí, no pasa nada.

—Si necesitas hablar —se ofreció Ethan.

Mi hermano no dijo nada, pero decidí dejarlos a solas por si acaso. Me levanté del sofá mientras le guiñaba un ojo a Ethan. Me dedicó una pequeña sonrisa y acarició mi mano cuando pasé por su lado. Subí a mi habitación y decidí llamar a Jenny, tenía que contarle lo que estaba pasando. No sabía si sería una buena idea, a Jenny le había costado mucho superar a mi hermano y quizá la noticia la perturbaba, pero creía que debía hacerlo.

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora