Capítulo 3

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Descubriendo a una nueva Nerea

Ya llevaba un mes viviendo en casa de Ethan junto a mi hermano, Derek, quien últimamente se comportaba de forma extraña. Cada día insistía más en que tenía que llevarme bien con su amigo, y lo que más me extrañaba era que Ethan había empezado a hablarme más a menudo. Sospechaba que algo estaba pasando, pero no sabía el qué, y nadie me lo contaba.

Bajé las escaleras corriendo, iba a empezar mi programa favorito, y por desgracia, mi habitación no tenía televisión. Entré en la sala a toda prisa, pero me sorprendió ver a más gente de lo habitual.

—¿Nerea? No me habían dicho que estabas en casa.

Esbocé una amplia sonrisa y corrí a abrazar a la chica que me había hablado, se levantó y se preparó para recibir mi abrazo. Me estrechó entre sus amables brazos mientras una amplia sonrisa adornaba su rostro.

—Mi hermano tampoco me dijo que vendrías —le fulminé con la mirada—. Creí que habíais salido a tomar algo.

—No pretendíamos acabar aquí, ha sido un plan improvisado.

Ella era Jenny, una chica morena, de ojos claros. Su rostro era angelical y tenía un carácter muy tranquilo y amable. Además, era la novia de mi hermano y por suerte para él, nos llevamos muy bien.

—Nerea, lo siento, pero estamos jugando a la PlayStation —dijo mi hermano a sabiendas de por qué había bajado tan rápido—. ¿No puedes perderte un capítulo?

Lo miré haciendo un puchero.

—Pero está muy interesante...

—Yo a veces también la veo —dijo Jenny abrazándome por detrás—. A mí no me importa dejar de jugar un rato y ver la serie.

Vi que Ethan se levantó del sofá, se acercó a mi hermano y le dio una palmada en la espalda.

—¿Por qué no nos tomamos una cerveza en la cocina?

Me sorprendió su actitud.

—¿De verdad vas a dejar que haga lo que quiera? ¡Nosotros estábamos primero!

—Rebeca, es mi casa, no empieces.

Hasta ahora no me había dado cuenta de la presencia de esa chica: era pelirroja, llevaba un peinado muy raro, usaba gafas de pasta y estaba demasiado cerca de Ethan.

¿Quién demonios era?

Jenny, al ver mi cara de enfado, me guiñó un ojo.

—Si Rebeca no quiere dejar de jugar, Nerea podría subirse a tu habitación, Ethan —dijo la novia de mi hermano con una sonrisa mientras me miraba de reojo—. Tú tienes televisión en tu cuarto, ¿no?

Sonreí al ver sus intenciones. Por eso me caía tan bien Jenny, siempre podía contar con ella como aliada. Y mi sonrisa se amplió al ver la cara que ponía esa pelirroja. ¡Se había puesto furiosa al pensar que iría al cuarto de Ethan!

—Si no hay otra solución, puedes ir —dijo él rascándose la cabeza—, pero no toques nada.

—No importa —interrumpió Rebeca enfadada—. Espero que la serie no dure mucho.

¿Qué se había creído? Me ponía nerviosa no saber quién era, pero no lo iba a demostrar, no le daría esa satisfacción.

Mi hermano y Ethan se fueron a la cocina entre risas. Esa tal Rebeca me miró de arriba abajo detenidamente, y después de poner sus ojos en blanco, se fue tras ellos. Jenny, al contrario, se sentó en el sofá y cogió el mando para poner la serie.

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora