Capítulo 12

146K 6.6K 488
                                    

Accidente

Después de aquel día, Carol y yo volvimos a la dura rutina del estudiante. Ahora los días solo consistían en levantarse temprano, ir al instituto, volver a casa, comer, hacer los deberes, cenar y dormir. Apenas veía a Ethan, su horario y el mío eran bastante parecidos, pero, por algún motivo, ahora pasaba mucho más tiempo estudiando en la biblioteca que en casa. Por suerte para mí, hoy Carol me había propuesto salir de compras, tenía que ir al cumpleaños del padre de Fer, ya que por fin habían formalizado su relación, y quería causar buena impresión.

—Carol, con cualquier vestido elegante te verás bien, tienes muchos en tu armario, usa uno de esos —dije intentando convencerla para que no gastara más dinero—. Podemos ir de todos modos al centro comercial.

—¡Claro que no! ¡Me voy a comprar el mejor vestido del país!

Puse los ojos en blanco mientras cruzábamos la calle y me colocaba el casco de moto.

—¿Has hablado con Ethan sobre aquello? Quizá deberías declararte.

—No —contesté sin mucho afán—. Él tiene sus motivos para no estar conmigo, lo mejor será dejarlo tranquilo durante un tiempo. Tal vez cambie de opinión más adelante...

—O tal vez te olvide.

Me encogí de hombros. Aquella noche parecía decidido a no estar conmigo. Él sabía sobre mis sentimientos, si sintiera lo mismo, y quisiera estar conmigo, lo diría.

—Mierda —susurró mi amiga mientras rebuscaba en su mochila—. Me he dejado la libreta de biología en clase, voy a buscarla, ahora vengo.

—Ya voy yo, tú ves encendiendo la moto y acércate a la puerta del instituto.

—¿Seguro?

—Claro, iremos más rápido así.

Caminé en dirección al instituto mientras intentaba desabrochar el casco, poco después escuché un claxon y sentí un fuerte golpe en mi costado. Caí al suelo y me golpeé la cabeza. Escuché de fondo a Carol gritar mi nombre. Me costaba respirar, pues cada vez que intentaba coger aire notaba un fuerte pinchazo. Era consciente de lo que pasaba a mi alrededor, pero no podía moverme, no podía hablar, estaba aturdida. La cabeza me dolía, pero me consoló pensar que podría haber sido peor, a fin de cuentas llevaba el casco de moto puesto.

Alguien llamó a una ambulancia. Carol solo gritaba mi nombre, estaba histérica, yo la oía, pero apenas la veía, tampoco podía decirle que se calmara. Sabía que estaba perdiendo sangre por la pierna, no solo porque alguien lo dijo, sino porque notaba un líquido caliente bajar por mi gemelo y acumularse en el suelo. La herida debía ser importante, pues me escocía muchísimo la zona y me dolía horrores debajo de la rodilla.

—¡Ethan! Es Nerea —escuché tartamudear a Carol con voz angustiada—. Es mi culpa, si hubiera ido yo no habría pasado —lloraba sin consuelo—. Ethan, han atropellado a Nerea —consiguió decir del tirón, después empezó a llorar desesperadamente mientras cogía con fuerza mi mano—. Está perdiendo mucha sangre. ¡No responde, Ethan! ¿¡Qué hago!?

Escuché el sonido de la ambulancia. Poco después de que me subieran a la camilla, empecé a notar una fuerte presión en el pecho. Uno de los chicos de la ambulancia me hablaba e intentaba que reaccionara mientras me subían al vehículo, pero sentí un fuerte mareo y perdí totalmente el conocimiento.

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora