Capítulo 4

170K 7.2K 1.3K
                                    

La peor noticia

Ya estaba subida en la moto de Carol cuando me acordé de que se me había olvidado coger el brillo de labios rosa. Sé que parece algo insignificante, pero seguro que con la bebida desaparecería la capa que me había puesto antes de salir. Abrí la puerta con cuidado, si mi hermano se había arrepentido de dejarme salir y me veía ahí, haría que me quedara en casa. Decidí no guardar las llaves para no hacer ruido, ya las metería en mi bolso al salir. Subí a mi habitación, cogí el brillo y me dispuse a salir de casa.

—¿Recuerdas qué voy a tener que cuidarla yo dentro de poco?

Oí a Ethan quejarse con voz cansada, y por pura curiosidad, me acerqué al comedor para escuchar mejor la conversación.

—Venga, no seas aguafiestas, necesita divertirse —reconocí la voz de Jenny—. ¿No ves que esta noticia la afectará mucho?

¿De qué noticia hablaban? ¿Qué era lo que me afectaría?

—No quiero problemas —volvió a replicar Ethan—. Yo también he sido adolescente y sé cómo acaban estas fiestas...

—Entonces no la dejes salir cuando esté contigo —esa era la voz de mi hermano. ¿Qué significaba todo esto?—. Ya sabes que yo no puedo rechazar esta oferta, y tampoco me la puedo llevar a Estados Unidos.

¿Mi hermano pensaba irse a Estados Unidos?

Me quedé tan impactada por la noticia que se me cayeron las llaves al suelo. Hicieron mucho ruido, así que, aunque las recogí casi inmediatamente, mi hermano ya había salido del comedor antes de que yo pudiera huir de casa. Al mirarlo, los ojos se me inundaron de lágrimas. Detrás de él, Ethan y Jenny me observaban entre preocupados y sorprendidos.

Todos lo sabían menos yo... Sabían que mi hermano se iba y no me habían dicho nada.

—¿No te habías ido?

No contesté a la pregunta de Ethan.

—Nerea, solo serán unos meses —empezó a excusarse mi hermano—. Me han ofrecido una beca para continuar allí mis estudios, no puedo rechazar una oportunidad como esta —le miré a los ojos sin articular ni una palabra—. Lamento no poder llevarte conmigo, sabes que no tenemos dinero, yo ahí estaré en un internado con los gastos pagados, así que...

No quise escuchar más. Me di la vuelta y salí corriendo de casa. Escuché cómo Derek y Jenny gritaban mi nombre, pero no me giré.

¿Por eso insistía en que me llevara bien con Ethan?

Carol, que me esperaba subida en la moto y lista para irnos, me miró sin comprender por qué corría. Subí a la moto y vi que mi hermano y Ethan estaban a punto de llegar, por lo que me coloqué el casco y me agarré fuerte.

—¡Acelera! ¡Ya!

Carol dio un respingo ante mi grito, pero enseguida arrancó la moto, dejando a mi hermano y a Ethan atrás.

Cuando habíamos pasado dos manzanas suspiré aliviada al ver que no nos seguían. Carol siguió conduciendo hasta llegar a un local bastante conocido. Había oído hablar de él, muchos adolescentes salían ahí los fines de semana para desinhibirse, es decir: beber, bailar, conocer gente nueva... Cuando bajamos de la moto mi amiga se acercó a mí un poco preocupada, lo veía en su rostro.

—¿Se puede saber a qué se ha debido esa fuga tan repentina? ¿No decías que te dejaban salir?

—Y me dejan salir... De hecho, me dejan salir toda la noche —Carol arqueó una ceja, estaba claro que no me creía—. Ahora te lo cuento todo, pero primero necesito un cubata.

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora