Final: "Las musas de Samuel de Luque: De Sebastían a Natalia"

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-Regresemos arriba – me tendió una mano apenas regreso al salón, donde yo seguía sentado en el banquillo del piano con la mirada perdida.

Fernando

De él en verdad no tengo mucho que decir, un hermanito menor, la voz de tu consciencia, ese critico mordaz que te hace darte cuenta de que tu carrera comienza a ir en picada sin siquiera notarlo; Fernando fue el portador de esa pequeña voz que cada día comenzaba a crecer en mi interior diciéndome que había algo que estaba haciendo mal, que estaba perdiendo mi esencia por mantener feliz a un grupo de personas cuyo único interés era el dinero, y que tarde o temprano comenzarían a verme como un producto desechable, reemplazable si yo se los permitía, fue justamente ese adolescente quien me hizo abrir los ojos, además de brindarme el juicio más confiable que pude escuchar en mucho tiempo.

(...)

-Al menos hasta el día que te conocí – ensanchó su sonrisa, mientras sacaba el folleto de donación de órganos de entre las páginas de aquel ejemplar de "Un atardecer desde Plutón", arrugándolo y tirándolo a la caja, para después colocar el libro junto al manuscrito original de aquella historia. Recordé nuevamente el día que nos conocimos, sus palabras sobre mi juicio confiable, su sonrisa; ¿Por qué había olvidado aquel día durante todo este tiempo? Después de todo, el día que nos conocimos era unos de los mejores de mi vida.

-Recuerdo que era fotógrafo, pero no soy capaz de recordar su nombre – comenzó a hablar mientras tomaba los papeles de compra-venta de aquel piso –en aquel entonces debía permanecer en Madrid debido a que la editorial insistía en que diese entrevistas, mientras el Dr. Márquez me aseguraba que debía iniciar la preparación de mi cuerpo ante un posible donador, ajustando mi medicación y sometiéndome a nuevas pruebas, situación que me obligaría a permanecer una larga temporada en la ciudad, por lo mismo necesitaría un lugar donde vivir, algo que me brindara privacidad y un buen lugar de trabajo – frunció un poco el ceño hojeando los papeles.

-Alejandro – dije con voz apagada, Samuel de inmediato me miró intentando comprender lo que acababa de decir – su nombre es Alejandro – dije aclarando un poco la voz mientras emulaba un gesto muy parecido a una sonrisa.

-Claro – fue lo único que dijo con una media sonrisa.

Alejandro

Me gastaba gran parte de la mañana en el hospital leyéndole a los niños del pabellón pediátrico, ignorando un poco los días que debía acudir a mis propias consultas, pasado el mediodía regresaba a casa para preparar la comida y escribir, o simplemente descansar; durante todo ese tiempo me encargué de llenar el piso de plantas, me recordaban a casa de cierta forma, sin embargo, a pesar de mi enorme esfuerzo por mantener a todas en buen estado, la mayoría de las que se encontraba en la sala comenzaban a marchitarse y con el paso de los días me pude percatar a que se debía su súbito malestar. Pocos días después de que yo me mudara había llegado un chico al piso contiguo al mío, aquel chico por alguna razón tomaba las tardes para romper y azotar cosas contra la pared que compartíamos, y por alguna razón todas las plantas que tenían contacto con esta parecían comenzar a morir, la única explicación era que aquel escandalo las marchitaba.

Una tarde parecía haber decidido acabar con su bajilla y tras escuchar cerca de 9 platos romperse no lo soporté más, escribí un nota donde le suplicaba que dejara de hacer aquello, por el bienestar de mis plantas y el suyo, pensé que probablemente lo que necesitaba era hablar con alguien y si yo podía ayudarle con eso. Su llamada no llego, pero el silencio en el apartamento comenzó a asustarme, tal vez aquel chico había muerto o estaría gravemente enfermo, así que escribí una nueva nota y me apresuré a pedir comida para él, en cuanto la comida llegó toque a su puerta deslizando la nueva nota bajo ella y dejando la comida en el pasillo, esperando alguna señal de vida antes de llamar a la policía.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Where stories live. Discover now