4:"La dulce chica del tren" (Emma)

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Seguía frente a mi ordenador con la mirada perdida en la pantalla, en mi mente no dejaba de repetirse lo dicho por Valente:

"Es un príncipe, perfecto a su manera"

No sabía que quería decir aquello exactamente, pero de alguna forma me intrigaba, y enojaba al mismo tiempo, para mí resultaba frustrante aquella historia; esperaba un poco más de realismo, que el relato de Valente tuviese detalles interesantes sobre Samuel de Luque, algo más que "su absurda perfección", ninguna persona podía ser perfecta.

Aun dudaba sobre si aquello había sido real, pero al leer lo que había escrito y tras escuchar mi grabación un millón de veces, me resultaba imposible encontrar algún detalle, un indicio de que Valente me hubiese mentido y eso me enojaba aún más. Solté el lápiz que había mantenido masticando entre mis labios y me dejé caer en la silla mirando el techo, esperando una nueva señal para continuar con aquello; de acuerdo con la descripción del chef, Samuel anteponía los intereses de su pareja y su felicidad a la propia, por otro lado al parecer buscaba omitir detalles realmente personales, como si de algún modo supiera que esa relación no duraría lo suficiente o como si el incluir su vida personal resultase peligroso de alguna manera, sin embrago, no podía asegurar aquello ya que recién conocía la primera historia de "amor" de Samuel y nada me garantizaba que esto ocurriera en todas las ocasiones.

Tenía entre mis manos aquella lista que había elaborado Ismael el día en que había aceptado escribir sobre esto, según él, estaba organizada de forma cronológica, es decir, Valente era la relación más antigua, por lo tanto Emma, que era el siguiente nombre en la lista, debía ser una conquista más reciente, me preguntaba ¿Cuánto tiempo habría dejado pasar nuestro escritor estrella para embarcarse en un nuevo romance de cuento?; suspiré profundamente, aunque la curiosidad y necesidad de saber un poco más sobre las personas que habían inspirado a Samuel me carcomía, en el fondo me cuestionaba sobre el destino de todo esto e incluso algunas veces me planteaba la idea de que solo era una pérdida de tiempo, a pesar de ello ahí seguía debatiendo conmigo mismo sobre realizar la siguiente entrevista o dejarlo pasar.

(...)

Habían pasado tres días desde mi entrevista con Valente, había perdido el día entero investigando en las sinopsis de los libros de Samuel, en las reseñas realizadas por expertos y en las recomendaciones de las páginas de fans, sobre alguna historia que se pareciese a lo narrado por este, después de todo mi proyecto estaba orientado a encontrar las fuentes de inspiración del escritor, "Las musas de Samuel de Luque" como había decidido nombrar al documento donde estaba plasmando todo mi trabajo; pero no había encontrado absolutamente nada, nadie hacía referencia a algo parecido, incluso había comprado aquel libro: "El club de los corazones rotos", y había leído un fragmento de cada relato en él, sin encontrar resultado. De nueva cuenta, y en vista de los resultados obtenidos, estaba comenzando a dudar de la veracidad de la historia de Valente, a pesar de ello y quizá porque ya le había dado mil y un vueltas a esta, me resultaba familiar.

Cerca de las 19:30, me encontraba en la puerta del café; algunas personas salían de este abrigándose del frio de la noche, mientras en el interior se escuchaba el mover de mesas y sillas; supuse que lo mejor era entrevistar a Emma después del trabajo, de esta forma nadie nos interrumpiría y habría menos posibilidades de que tuviese cabeza para mentirme, o crear una historia tan llena de perfección. Tras dar un respiro profundo entré, ahora más que nunca, no poseía ni la más remota idea de lo que estaba haciendo; pude ver que los músicos guardaban sus instrumentos mientras los camareros limpiaban algunas mesas y recogían la bajilla, pude ver a un agotado Valente sentado detrás de la barra mientras Mateo acariciaba dulcemente su espalda cerrando las cuentas en la caja registradora. Me acerque con paso dudoso hasta ellos y salude lo más familiar que pude.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora