Especial Parte 1: Oscuro pasado

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Perdón por la tardanza pero aquí esta la primera parte de lo que prometí, espero que lo disfruten.

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Tres días, faltaban tres días para que regresara a casa. Guillermo se había ido hacia casi tres semanas a Los Ángeles para hacer un reportaje sobre una convención de videojuegos; y aunque podía verlo casi todos los días a través del canal en línea que tenía la revista para la que trabajaba, y aun cuando hablamos todo el tiempo, no podía evitar extrañarlo; y aun cuando esta no era la primera vez que su trabajo o el mío nos separaba, si era la primera en la que habíamos permanecido tanto tiempo el uno sin el otro, en especial porque sumado a estas tres semanas yo había tenido que viajar por trabajo dos semanas previas a su partida, lo que nos había dejado solo un día juntos, mismo día en que yo lo había dejado en aeropuerto para su viaje, en total, un mes de separación era lo que me tenía en aquel estado de ansiedad.

El día anterior habíamos conversado apenas unos minutos pues el sueño por la diferencia de horario lo había vencido, entre tanto, a mí, el trabajo me tenía atrapado en casa, tenía que cumplir un plazo de entrega de mi último trabajo y a pesar de no separarme un solo día de la máquina de escribir, el cansancio y la abstinencia de él me mantenían poco inspirado y por lo tanto con un retraso en el plazo constante, por lo que no podía frenar para hablar con él tanto como me gustaría. Hoy era un día especialmente fatídico, había logrado entregar mi manuscrito a tiempo y tenía casi todo el día libre para mí, sin embargo, Guillermo tendría el día lleno de entrevistas y eventos especiales, es decir, ni un segundo para mí; me tiré en la cama observando el techo blanco de la habitación, el silencio era reconfortante y al mismo tiempo aterrador, elevé las manos en una especie de intento por tocar el techo, acto que hizo crujir las articulaciones de mi hombros liberando un poco la tensión que había estado acumulando, observe por un segundo mis manos, eran pocas las ocasiones en que miraba mi propio cuerpo, casi siempre prefería evitarlo porque sabía con lo que me podía encontrar y como siempre, esta vez no me equivoqué; mis ojos recorrieron lentamente la extensión de mis brazos y pude ver las tenues marcas que quedaban, de lo que anteriormente habían sido enormes cicatrices y hace algunos años heridas casi mortales.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y una punzada fuerte atravesó mi pecho, obligándome por instinto a cerrar los ojos mientras acariciaba, a manera de consuelo, la cicatriz en mi pecho; tras unos minutos, en los que recupere el aliento y un poco de paz me senté en la orilla de la cama, y quizá por el silencio o tal vez por el sentimiento de soledad que comenzaba a formarse en mí, los recuerdos llegaron como una lluvia helada y maliciosa obligándome a buscar con el tacto viejas cicatrices en mi rostro, cabeza y finalmente en mis piernas, había pasado mucho tiempo sin recordar aquellos sucesos, de pronto era como si mi memoria hubiese decidido recordar algo que había bloqueado, hoy en un día en el que me encontraba tan solo, había decidido jugarme aquella mala pasada, obligándome a recordar momentos muy oscuros de mi propia vida.

(Flashback)

-¡Te odio Samuel de Luque! - gritó Silvia poco antes de abofetearme con todas sus fuerzas - Eres un completo idiota.

-Me sorprende que te des cuenta hasta este momento, eres realmente muy ingenua - respondí con una sonrisa altanera, a veces yo mismo sentía repulsión hacia esta persona que fingía ser.

-Te quedaras solo, ¿sabes?, completamente solo - sus ojos parecían un par de llamas encendidas sobre un pequeño lago formado por sus lágrimas.

-No necesito de nadie, me basta la soledad - la sequedad con que había respondido la hizo tragar fuerte.

-No entiendo porque haces este tipo de cosas - dijo entre dientes - no le quise creer a todos los que me dijeron que eras un maldito hijo de puta sin sentimientos, que disfrutabas enamorar a las personas para simplemente botarlas a la primera provocación o cuando te aburrías - suspiró - de verdad me negué a creerles.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora