3: "Estudiante de gastronomía y pintor de medio tiempo" (Valente)

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-Interesante – fue lo único que dijo Lucia después de leer mi relato sobre la historia de "El club de los corazones rotos", yo, entre tanto, permanecía en silencio viendo de un lado a otro de la oficina.

-¿Y tú fuente es confiable? – preguntó, dejando mi borrador sobre la mesa.

-Es su primo, según lo que me dijo – respondí un tanto desinteresado.

-¿Estás seguro de que es su primo? – tenía que admitir que la situación parecía sospechosa, pero recordar la conversación con Mateo no me dejaba lugar a dudas sobre la veracidad de aquella historia.

-Me lo presentó su mejor amigo, ¿Cuáles son las probabilidades de que dos charlatanes se junten para engañar a un periodista que recién inicia su carrera? – dije lo más despreocupado que pude.

-Tienes razón – sonrió levemente – Pues si en verdad logras descifrar la fuente de inspiración de Samuel de Luque ganarías a varias lectoras, en especial porque él es...

-Un "enigma" – dije con voz aguda, Lucia sonrió ante mi comentario – Como sea, el primo me ha pedido omitir nombres, pero estoy seguro que con cada historia, sus fans descubrirán quien es nuestro "afamado escritor".

-Da igual, de momento solo publicaremos esta primera historia, aún no sabemos el verdadero enfoque que le daremos a la revista y por lo tanto debemos probar, sin embargo, creo que tienes un bueno proyecto Díaz, y conservaras tu empleo, al menos por ahora.

-¿Por ahora? – pregunté sorprendido, aunque para ser sincero me sorprendía en sobremanera que siquiera estuviese considerando mi "proyecto", seguía pensando que todo esto era un idea descabellada, sin embargo, mantener mi trabajo "por ahora", me bastaba para continuar con esta locura.

-Sí, prepara las historias, involúcrate y averigua todo lo que puedas – dijo mientras se ponía en pie y caminaba hasta mí – si el resto de esta historia es igual de buena que el inicio, te aseguro Guillermo, que puedes tener mucho más que una simple columna – sonrió, mientras me ponía en pie y caminaba hasta la puerta acompañado de ella – quien sabe, podrías tener una sección completa.

-¿Una sección de chismes? – cuestioné un tanto irónico, me parecía increíble como una historia tan llena de morbo y amarillismo me podía conseguir una sección completa en la revista.

-No, de chisme no cariño – dijo acariciando mi mejilla desde el marco de la puerta – Son las historias de las musas de un artista – tocó pícaramente mi nariz con su dedo índice – mezcladas con un poco de misterio y ¿por qué no? morbo colectivo – finalizó cerrando la puerta en mi cara, dejándome con el asqueroso sabor de boca de quien acaba de vender su alma al diablo.

(...)

-¿Guillermo? – preguntó un chico de ojos verdes enfundado en un traje de chef azul frente a mí.

-Si - respondí, mientras él tomaba asiento. Parecía rayar en los 26 años, de complexión media, no más alto que yo, de cabello castaño claro, ligeramente rizado y su piel era tan clara como la mía, donde resaltaban múltiples pecas, sus ojos eran verde intenso casi olivo y poseía unas manos extremadamente largas.

-Valente – dijo extendiendo una mano – Perdón por hacerte esperar pero este lugar siempre está lleno y no tengo un solo minuto de descanso – en verdad llevaba varias horas esperando, pues por la mañana, tras una corta charla con Mateo, donde se había comportado extrañamente familiar, me había dejado en una mesa prometiéndome que Valente vendría en cuanto pudiese, de eso ya habían pasado casi tres horas, tiempo suficiente para que yo pudiese jugar al periodista serio y preparará por lo menos un buen guion de preguntas.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora