Especial parte 2: "Las musas de Samuel de Luque: De Valente a Emma"

349 42 1
                                    

Abril se abría paso entre los restos casi marchitos del invierno, un año más que estaba a punto de transcurrir; las sombras del pasado eran casi invisibles, poco o nada se recordaba de ellas, la enfermedad de Samuel era parte de esos fragmentos de vida, que cada día se borraban y costaban más tiempo recordar; esos días que aunque sabíamos habían ocurrido, parecían más una película de una tarde lluviosa puesta en reproducción automática que se había guardado en imágenes entrecortadas en nuestras mentes, solo nos era útil en los momentos más difíciles, cuando olvidamos las razones para estar juntos, días como hoy.

-¿Qué haces? – escuche tras de mí, de inmediato un sobresalto recorrió mi cuerpo obligándome a soltar la cámara de instantáneas y un flashazo iluminó el sótano por un instante obligándolo a parpadear un par de veces acercándose a mí.

-Y-Yo... - no sabía que responder y la voz me salía entrecortada – nada – fue lo único que fui capaz de decir, odiaba admitir frente Samuel que algunas veces bajaba al sótano solo para inspeccionar aquellos recuerdos de "las musas", asegurarme de que siguieran ahí y de alguna forma torturarme sin sentido al darme cuenta que siempre estarían ahí. Levante la cámara con premura y la coloqué en la caja para después acomodarla en su lugar de siempre, pero antes de poder completar la acción, Samuel tomó la caja entre sus manos.

-¿Qué es esto? – dijo mientras la colocaba en la silla donde la había mantenido yo, y comenzaba a inspeccionar su contenido como si en verdad no recordara todos aquellos objetos; entre tanto yo lo miraba con una ceja enarcada intentando disimular lo poco que creía su cuento - ¡vaya!, no recordaba que tenía una cámara de instantáneas – dijo un tanto sorprendido, para después tomarme una foto – parece que aun funciona, a pesar de todo – aquello hacía clara referencia al reciente golpe que se había llevado al caer de mis manos, yo seguía en silencio intentando comprender la situación.

-¿En verdad no recordabas esto? – dije acercándome a él.

-No, en verdad, no sabía que tenía todo, esto... - su voz se apagó de pronto al observar las partituras de Sebastián, el silencio se hizo sepulcral.

-¿Samuel? – toqué suavemente su hombro.

-¿Hace cuánto sabes de todo esto? – su pregunta me congeló la piel, el tono en su voz, la seriedad y carencia de expresión en su rostro me dejaron petrificado, no sabía que responderle, si debía mentirle, si tendría que decir la verdad; y de nuevo un absurdo temor y necesidad de salir corriendo que no había sentido en mucho tiempo se hicieron presentes.

-Y-Yo, veras Samu, yo – se giró para mirarme desde abajo mientras se sentaba en el suelo con la caja entre las piernas – hace mucho tiempo – dije sentándome frente a él.

-¿Cuánto? – insistió mirándome fijamente.

-Hace 2 años – baje la mirada a mis manos intentando tragar el nudo en mi garganta – ¿Recuerdas aquel día que me tiré a tus brazos llorando, suplicándote que no me convirtieras en un recuerdo? – un par de lágrimas se agolparon en mis ojos al recordar aquel día, no solo eso, era como si de pronto todos los malos recuerdos regresaran de golpe.

-¿Fue por esto? – tomó mi mentón levantando mi rostro obligándome a mirarlo.

-Han pasado dos años y todo esto sigue aquí; y aun cuando sé casi todo sobre cada uno de ellos, y aun cuando me he obligado a dejar todo esto atrás, no puedo y no entiendo las razones que me traen hasta aquí cada cierto tiempo, solo para asegurarme de que todo sigue igual, que por alguna razón decides mantenerlo contigo – sin importar mis casi 26 años nunca podría contener los ataques de verborrea que solían golpearme al encontrarme acorralado sentimentalmente, con las emociones tan desbordadas.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora