15: "Una ultima vez"

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Este capitulo es de Samuel, todo va desde su perspectiva :)

Espero que lo disfruten 

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Seguía sentado frente al volante, con la mirada fija en el parabrisas, intentando darle sentido a lo que estaba a punto de hacer.

-No permitas que nada te impida ser feliz, no importa cuánto dure la felicidad Samuel, vale la pena experimentarlo por lo menos una vez en la vida – había dicho Antonio antes de ayudarme a subir la maleta al auto.

Poco más de dos semanas llevaba lejos de mi casa, pero algo dentro de mí me hacía sentir que había pasado una eternidad, la necesidad de regresar a mi refugio crecía a cada día, y aunque tenía a Guillermo, la soledad de la habitación del hotel me consumía cada tarde.

No necesite más de una noche a su lado para comprender que era él, lo que necesitaba, aun cuando regresara a casa, seguiría sintiéndome solo si no estaba ahí, y aunque nunca antes había necesitada a nadie, ahora me parecía que podría perderme si no me acompañaba en los siguientes días, semanas, meses, el tiempo que durara esta necesidad, esta felicidad.

(...)

Miércoles

Las horas pasaron lentas, y aunque apenas había logrado escribir un par de páginas de mi siguiente proyecto, me sentía sumamente agotado; cada día me parecía más largo que el anterior, el peso sobre mis hombros era más grande y la dificultad para levantarme de la cama mayor. La semana anterior todo parecía más fácil, planear las citas y ver a Guillermo me daba la energía, que ahora tanto me hacía falta; en verdad lo necesitaba, su alegría, su sonrisa, su calor, él me aportaba todo lo que necesitaba, ahora más que nunca lo comprendía.

Jueves

La habitación de hotel me tenía asfixiado, tanto silencio, escuchar el golpe de las teclas en mi máquina de escribir, combinado con mi acelerada y dificultosa respiración, me hizo pensar que la cabeza me explotaría en cualquier instante; estuve a punto de llamarle más de una vez, pero no quería presionarlo, no quería que terminase cediendo a mi voluntad, quería que me acompañara por convicción y no por obligación, pero me resultaba difícil superar la necesidad de escuchar su voz.

Viernes

No pude más, cerca de las 5:30 de la mañana salí de la habitación; el frio en la calle calaba hasta los huesos, pero el aire puro estaba mejorando mi estado de ánimo, algunas personas que se dirigían a sus trabajos rondaban por las solitarias avenidas y los autos eran escasos. Tras una larga caminata llegue hasta un pequeño parque, perteneciente a un complejo de apartamentos; pude ver a un anciano correr acompañado de su perro, que parecía tener la misma edad pero también igual energía, lo observe por largos instantes, constantemente me preguntaba sobre lo que se sentiría llegar a esa edad y mantener tal vitalidad, también me reprochaba el no tener un perro, por enésima vez estaba pensando cosas innecesarias, pero por lo menos tenía la mente ocupada. Aquel día no regresé al hotel hasta entrada la noche, un día enterrado entre los libros de la biblioteca era lo que necesitaba.

Sábado

Tarde o temprano tenía que hacerlo, y con la idea de que "entre antes, mejor", me dirigí a "El club de los corazones rotos"; todos mis recuerdos se hicieron presentes apenas puse un pie en la entrada, al ambiente no distaba mucho del que solía tener cuando funcionaba como casa de cultura, y eso movió sentimientos que creí olvidados. La nostalgia me invadió al entrar del todo a aquel patio, el cerezo siendo protagonista y centro de atención del lugar, las mesas puestas y esperando la llegada de los comensales, música suave, y el intenso olor a café, canela y manzana, todos mezclados, un postre para el olfato; sumergido en los recuerdos y el ambiente, solo el ruido de la bajilla rompiéndose contra el suelo, pudo sacarme de mis pensamientos.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora