Good Reputation [O'Neal #2] ✔️

Capítulo 19| Navidad a la Collins.

T r a c y

La música en casa de los abuelos ya estaba sonando fuerte, había una mesa que estaba llena de dulces navideños hechos por la abuela, mi madre ya estaba bailando con mi tío Jackson, papá con la prima Jennifer, mi hermano con mi tía Mack y yo, aquí, sentada con mi hermana en mis piernas, ambas comiendo como las marranitas que somos. Grant estaba jugando con los primos de su edad adentro a sus videojuegos.

Tyler y yo somos casi los primos mayores, primero está Daniel, dos años mayor que nosotros, hijo de una de las primas de mi madre y a quien mi novio confundió con el amante en septiembre.

En mi familia es tradición reunirnos en navidad en la casa de mis abuelos y vienen casi siempre la mayoría, incluidos mis tíos abuelos con sus respectivas familias. Hacemos un festín que se escucha desde muy lejos, con baile y en la noches quienes ya saben que no existe Santa Claus, luego de que los niños se vayan a dormir, hacemos entrega del regalo a la persona que nos salió en la bolsa con nombres en vacaciones.

Me gusta Miami, me gusta mucho el calor, el viento y el ambiente, he sido mucho de zonas con clima caliente, sin embargo, no viviría aquí, ni en ninguna costa, me da miedo que llegue a haber algún tsunami y mi familia materna vive muy cerca a la costa, así que prefiero Boston, hay mar cerca, pero nuestra ciudad no está cerca a ella, además el clima es templado, muy agradable, así que creo que vivo en la ubicación geográfica es correcta.

A las diez de la noche todos estábamos sentados en la enorme mesa de mis abuelos empezando a servir en nuestros platos lo que se nos antojaba, aunque si era de la abuela, cualquier cosa se me antojaba. Tyler estaba sentado a mi lado izquierdo y mi madre al derecho, Grant estaba al lado de Ty y Gianna en medio de papá y mamá en una silla esperando a que mamá terminará de servirle las pequeñas porciones que ella quería.

—¿Cómo haces para seguir tan joven, Gracey? —preguntó la prima Jennifer en un punto de la conversación que manteníamos en la mesa.

También me preguntaba lo mismo, mamá tiene casi treinta y siete y diferencia de hace casi dieciocho años que nos tuvo, que ella tenía diecinueve, tiene casi el mismo rostro, no tenía arrugas aún, solo el rostro un poco más maduro, eso y que se había tintutado el cabello a castaño oscuro.

—Tener hijos, Jenn. —respondió mamá mientras nos daba un pellizco suave en las mejillas a mí y a Gianna, las que estabamos cerca de su alcance.

Papá la miró negando. Papá tiene ya cuarenta y cuatro años, casi siete años mayor que mi madre, pero él no se queda atrás, aún sigue entrenando en el gimnasio de la casa constantemente y va al spa con mi madre dos veces al mes para que quiten los nudos en su espalda y en la peluquería se tintura el cabello para cubrir las canas. Sí, mi padre se tintura desde el año pasado.

—Yo tengo dos hijos y ya tengo un par de canas muy molestas.

—No, Jenny. Habló de tener hijos recientemente, amamantar hace milagros.

—¿Aún amamantas a Gianna?

—Ya lo está dejando por su biberon.

Es normal que mi hermana aun pida leche del seno de mi madre, creo que por eso todos estamos sanos, mamá nos dio seno a los tres hasta los dos años y la leche materna tiene muchas defensas y vitaminas. Aún así, eso no impide que mi hermana coma todo lo que se le antoje.