Good Reputation [O'Neal #2] ✔️

Capítulo 02| Te saldrá humo de los oídos.

T r a c y

Sé que vivo alejada del instituto, sin embargo, no quiero cruzar palabras con Tyler hoy y mucho menos a sus estúpidos amigos, así que cuando la campana de la salida sonó, fui la primera en salir de todos. Vivo a más de veinte cuadras del instituto, así que me esperaba una hora de caminata.

Iba en la quinta cuadra cuando sentí que un tipo empezaba a seguirme—Hola, hermosa.

—No molestes. —continúe caminando.

—Vaya, una enojada.

—En serio, no me molestes y deja de seguirme.

—Vamos, sólo quiero hablar contigo. —tocó mi hombro y de inmediato mi cuerpo reaccionó, dejé caer la bolsa con mi ropa sucia en el suelo y tomé la mano para hacer aquella llave que mi padre me enseñó e inmovilizarlo en el piso, con mi pie en su nuca.

Bien, aunque mamá no lo supiera, papá nos ha enseñado a Tyler y a mí algunas llaves para defendernos y en donde dar golpes, lo necesario para escapar en una situación de riesgo con tiempo suficiente para pedir ayuda. Supongo que es normal, vivimos en un mundo en el que las personas cada vez se vuelven peor, hay mucho más peligro y es mejor aprender a defenderse, claro está que mi papá nos ha enseñado que en caso de un robo con un arma dejara que nos robaran.

—¿O'Neal? —giré a mirar a un lado y me encontré con el rostro confundido de Chris al ver como tenía a aquel hombre contra el suelo, el cual se nota que es pesado y mucho más alto.

—Deja de seguirme —le dije a aquel hombre y lo solté. Tomé la bolsa para seguir caminando, esta vez con otro idiota también siguiendome, pero al menos este sabía quien era—. Deja de seguirme, Christopher.

Ambos nos detuvimos y nos miramos—¿Quieres que te lleve? —preguntó.

—No, gracias.

—Vamos, Tracy. Estás muy lejos de tu casa. —este idiota vive a dos casas de la mía, así que sabe donde vivo.

—Quiero caminar. —seguí mi camino. Pero él siguió insistiendo a mi lado.

—No me hagas rogar, O'Neal.

—No te estoy haciendo rogar, tu eres quien está yendo a menos de diez kilómetros por hora cuando te estoy diciendo que quiero caminar.

—No es por ofender, pero en serio estás cerca de un estado de ebullición, presiento que en poco te saldrá humo de los oídos.

No soy de las personas que acostumbra a enojarse a decir verdad, siempre trato de ser pacífica pero cuando me enojo papá dice que me parezco a mamá y por lo que sé, papá siempre trata de no tener ningún problema con ella.

—Vamos, Tracy. ¿Qué son quince minutos en un auto conmigo? —suspiré—. Además, ten por seguro que si no te subes iré a tu lado hasta que llegues a tu casa. No me importa si me demoro más de una hora.

—¿Acaso no tenías que quedarte en tu entrenamiento y por eso no nos quedamos haciendo la tarea de portugués? —levanté una ceja.

—Tu lindo hermano hizo que nos castigaran a ambos y nos quedamos sin entrenar esta semana además de que no podremos jugar en los partidos de esta semana tampoco. De hecho te estaba buscando para ver si podías quedarte pero saliste como un rayo hoy.