Good Reputation [O'Neal #2] ✔️

Capítulo 11| Trabajo.

T r a c y

¡Madre santa!

¿Por qué me besó? ¿Por qué le correspondí por un momento? Ahora sí que estoy confundida. Si aquel mini beso me había dejado mal, este ahora me dejó noqueada. En el semáforo me miré en el retrovisor y noté que mi rostro estaba rojo, con razón sentía tanto calor. No soy de sonrojarme pero esto me sobrepasó por mucho.

Me detuve en el semáforo, otro auto se detuvo a mi lado, giré a mirar por costumbre y me encontré con el rostro sonriente de Chris, quien me lanzó un beso. Levanté mi dedo medio mientras con la que tenía libre cerraba la ventana de mi auto. Giré mi rostro de nuevo y me concentré en que cambia el semáforo lo más pronto posible.

Llegué a casa, lo pusé en el puesto de mi estacionamiento y subí a la casa.

—¡Ya llegue, familia! —grité, aunque quien sabe hasta donde se escucho, mi casa es demasiado grande.

Dejé mis llaves en los cajones de la entrada y subí a mi habitación para dejar mi mochila y ponerme algo más cómodo. Bajé a la cocina y me encontré una nota en el refrigerador. La mayoría de las notas son para Tyler y para mí por si tenemos que hacer un recado o ir a llevar a Grant a sus clases de esgrima o llevar a Gianna al hospital para su revisión mensual, claro, si nuestros padres están ocupados.

Hija, necesito que vayas a mi oficina en cuando puedas, de preferencia antes de las cuatro.

Papá.

Genial, ahora que acabo de quitarme la ropa.

Comí lo que mamá me dejó en el microondas. Al parecer salió con mis hermanos al supermercado y me dejó el almuerzo. Volví a mi habitación para ponerme ropa nueva al notar que estaba un poco sudada, tomé una mochila para meter mis cosas y salí de casa. Miré el reloj en mi mano: tres y cuarenta, justo a tiempo para llegar a las cuatro si no hay tráfico, por supuesto.

Para mi mala suerte del día de hoy, había tráfico, me quedé en un semáforo casi veinte minutos por un accidente de tráfico, así que a las cuatro y veinticinco minutos estaba entrando en la oficina de papá.

—Hola, papá. Lamento el retraso, había un accidente.

—No te preocupes hija, la reunión es a las cinco, tenemos tiempo.

—¿Qué? ¿Qué ocurre?

—He estado pensando en lo que dijiste de que querías tener una mejor experiencia en el mundo del derecho, así que te dejaré trabajar conmigo hasta que entres a la universidad. —casi quería saltar de la emoción, pero me detuve al notar que había algo detrás de todo esto.

—¿Y qué te hizo cambiar de opinión? —levanté una de mis cejas.

Papá entrecerró sus ojos—No sé porqué te pareces tanto a tu madre. —pusó su mano en su frente.

—Papá.

—Bien, bien. Lo que pasa es que tengo un caso reciente con la empresa DiamondCo, ¿sabes cuál es? —asentí, leí que son los mejores en seguridad—. Entonces al parecer uno de sus empleados robo un software para venderlo, así que será un proceso de varios juicios.

—Y...

—Y sabes que amo a tu madre, ¿verdad?