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Escritora: Samara García. Fb: www.facebook.com/samara.garcia.378 Twitter: SamG_Belieber.

—Mamá, eso es una estrella fugaz, pide un deseo.

Justin observó al cielo, sabía que eso era algo estúpido pero cerró sus ojos… —Desearía poder encontrar a mi hija, dijo mientras una lagrima caía por su mejilla.

Nada pasó.

Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, él las secó rápidamente mientras entraba nuevamente a la sala de espera. Se sentó en el sillón mientras respiraba hondo, buscó una revista, y empezó a pasar hojas desinteresadamente. En la sección de sociedades algo llamó su atención, se veía a Steve junto con su padre con un gran cheque en las manos. Leyó rápidamente el titular. ‘El senador Michael Book y su hijo Steve Book donaron cien mil dólares a la fundación Amor por los niños destinada a refugiar a todos aquellos infantes abandonados o maltratados’

La piel de justin se erizó, miró al techo. —Gracias Dios. 

Tomó su celular. —James, ya sé dónde está la niña.

_____ despertó al otro día con pesadez, había escuchado que le daban de alta al medio día, observó el reloj, eran las once de la mañana, justamente una enfermera entraba, tenía ganas de irse a casa. — ¿Le podría decir a Justin que venga un momento? Preguntó.

— ¿Se refiere al rubio fuerte?

___ asintió… —No lo veo desde anoche, en la sala de espera no hay nadie.

_____ frunció el ceño, él nunca la dejaba sola, tal vez y ya se había cansado de todos sus problemas, alejó el pensamiento mientras extendía la mano para que le quitaran las agujas del suero, cuando la enfermera salió botó el aire de golpe, no tenía dinero, y no sabía si alguna casa a donde ir, si le daban de alta y justin no venía, estaría bien jodida. 

Cerró los ojos y se dispuso a dormir, a mitad del sueño escuchaba una voz pequeña, era infantil, perteneciente a un niño pequeño, gruñó mientras abría lentamente los ojos, vio a james parado a su lado, ¿Estaría en una pesadilla? Frotó sus ojos, y vio todo más claro.

— ¿Cómo te sientes? Le preguntó.

—Supongo que bien.

—Te tenemos una sorpresa, dijo sonriendo.

— ¿Una sorpresa? 

Él asintió al tiempo, que se le acercaba, ella tapó su cara con ambas manos, a lo que james rió… —No te haré daño, pero ponte estas vendas.

—No haré eso. Respondió preocupada.

—Pues te taparé los ojos yo misma, dijo y lo hizo. El corazón de ___ empezó a acelerarse. — James, no me harás daño ¿Verdad? 

—No, nena.

—Confío en ti, le respondió.

Sintió que ponían algo en sus piernas, —Shhh, dijo James.

— ¿Lo puedo tocar? Preguntó ansiosa.

—Sí.

Pero antes de extender sus manos escuchó. —Ma-má y unos pequeños aplausos.

Un amor en tiempos de Guerra. (Terminada)Where stories live. Discover now