La reina suspiró por la nariz de la manera para lenta y amenazadora.

-Quiero que empaque sus pertenencias, vuelva para cuando el invierno se intensifique y pongamos fin a esta ridícula escena de amor fingida.

-Que así sea.

Ambos volvieron al gran comedor dónde la servidumbre ya había limpiado y recogido los platillos sin usar más.

En el regreso continuaron hablando pero esta vez sobre las fechas ideales para la fiesta de compromiso y la gran boda, la reina miró hacia el asiento del peliblanco. Ahora se encontraba vacío.

El peliblanco había ido por su cayado y decidido esperar a la reina en su alcoba.

-OYE – Una susurrante voz volvió a llamarlo.

Provocó que Jack girara su rostro inseguro de aquella presencia que no percibía, si algo estaba ahí no era una pesadilla, pues él podía volver a percibirlas y esta vez nada sentía.

-Son sólo los demonios internos –Se murmuró en busca de no perder la razón, se puso de pie para abrir la gran ventana de la reina, decidió aflorar el don de la invisibilidad para o ser visto por alguien desde afuera.

Tomó asiento a las orillas para esperar en paz.

-OYE JACK........JACK –La susurrante voz comenzó a canturrear su nombre – VUELVE JACK.

-¿A dónde? –Murmuró irguiendo su espalda, fuera lo que fuera necesitaba detenerlo.

-VUELVE.

-Sí pero ¿A dónde?

La susurrante voz no contestó, cosa que no tranquilizaba al peliblanco, pues en cualquier momento volvería a susurrar en sus oídos.

Volvió a recargar su espalda en el marco, miró su cayado y después a los copos de nieve caer, se preguntaba por qué sucedía esto ahora.

Recargó su cabeza para cerrar los ojos y dejarse acariciar por el frío pero esa paz no llegó lejos.

-Jack.....-Una voz de una dulce niña invadió sus oídos, canturreando su nombre –Jack.

El ojiazul se irguió escuchando su nombre, siendo llamado.

-No....No, no está....

-Jack......

Se puso en pie en el marco esperando de dónde venía aquella voz.

-Jack....

Ahí estaba, a lo lejos, entre la nieve y el viento que danzaban hacia los árboles pinceleados de gruesas capas de nieve.

Dio un paso para comenzar a caminar entre el aire, después miró hacia el interior de la alcoba.

Hablaría después con Elsa, ahora necesitaba averiguar lo que sucedía.

Voló hacia el bosque, la voz de esa niña lo seguía llamando cada vez más lejos, y ese camino Jack lo reconocía. Iba a su hogar.

Siguió volando con fluidez hacia la voz, y antes de seguir volando, se detuvo ahí, ante de entrar a ese pequeño pueblo olvidado. No iba a volar, no en las tierras donde nació.

Bajó a tierra para caminar entre las casas apagadas, envueltas por la negra noche. Miró hacia el espacio dónde ahí, justo ahí donde había nacido. Ahora era ocupado por algunas personas que desconocía.

-Jack.....-La voz volvió a llamarlo.

Siguió avanzando y nada de esto le traía un buen presentimiento, o al menos ninguno que tuviera que ver con su pasado.

The Guardian Queen. 1er LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora