Capítulo 8

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***Narradora***

La merienda fue servida en las grandes mesas de campo de os jardines reales. La gente del pueblo fue invitada por su reina para el juego de croquet, algunos podían participar y otros simplemente ser la audiencia, y claro, disfrutar de los alimentos y bebidas que sirvan.

-Aquí trata la reina por igual a su gente – Comentó Hans hacia su primer ministro mientras se colocaba sus guantes de cuero.

-Así es, mal hecho.

-¿Por qué?

-Porque no le dan el suficiente respeto, somos de la realeza y ellos del pueblo.

-Arendelle es pequeño, tiene el trato justo y merecido de su reina –Defendió Hans.

-Y dime ¿Aun tendrán ese trato cuando se trate de pedir plata prestada? ¿O cuando ya no necesiten trabajar por los modales de la reina con ellos?

-¿A qué se refiere?

-La reina Elsa necesita de alguien con disciplina para su reino.

Su ministro le dejó para encontrarse con el ministro de Arendelle. El pelinaraja se quedó pensando en sus palabras, pero decidió apartarlas a un lado ya que confía en el trato de la reina.

Ella, vestía un vestido delgado y leve color blanco con encajes azulados oscuros, Anna estaba a su lado un vestido azul agua de mangas larga con una bufanda verde.

--Hiciste un buen trabajo apartando toda la nieve –Comentó admirando el césped corto y quemado en base al frío.

-No fue nada – Elsa se miró su vestido – Sólo basta hacer unos movimientos y todo esta listo –Haciendo caso a sus palabras, movió los dedos con una aura azulada para retocar de caireles de hielo a su vestido.

Anna sonrío admirando los detalles, después a su costado miró a su rubio preferido acompañado de su gran reno.

-Kristoff –Sonrío – Espera Elsa, iré a decirle dónde nos sentaremos....

La platinada miró a su hermana correr con alegría a los brazos del rubio. Sonrío de lado pensando en la felicidad de ella, de compartirla con alguien más, alguien que te ame.

Su vista fue interrumpida debido a que unas manos le cubrieron los ojos, no lo suficiente para tocarla.

-¿Debe ser sorpresa tu llegada? –Elsa sonrío pensando de quien se trataba.

-¿Con usted mi reina? Yo supongo que sí – Dijo la voz de Hans aparatando las manos para acercarse a ella.

Elsa borró ligeramente la sonrisa, se había equivocado. Sonrío con ternura para disimularlo.

-El juego ya va a comenzar ¿Segura que no quieres intentar?

-No muchas gracias Hans. Soy observadora, así aprendo.

Elsa apartó la mirada a un costado, justo donde recién apareció un joven peliblanco. Vestía de botillas negras al igual que sus pantalones, una camisa de manga larga blanca con una bufanda ancha y negra también.

Sonrío al ver su llegada. Justo cuando Anna lo recibía como su amigo que había hecho.

-Es conocido suyo ¿cierto? – Preguntó Hans – El día de mi llegada observé que se llevan bien.

-Ah sí, nos conocemos desde mi infancia.

-Mmmm –Asintió con la cabeza Hans – Iré por un poco de ponche de frutas ¿Usted gusta?

The Guardian Queen. 1er LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora