Capítulo 22

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***Narradora***

-¿Están lindos estos listones? –Pregunta Anna sacando una gran gama de listones rosados y otros azulado.

-Anna, ni sabrás el sexo de tu bebé hasta el día en que nazca.

-Por eso quiero poner ambos –Sonríe admirando más telas ahora.

-Y es más una cena de celebración, falta demasiado para que nazca.

-Elsa –Anna le mira y suspira – Seré mamá, siento demasiada emoción, el día que lo seas.......bueno ya lo sabrás.

¿Realmente lo sabrá algún día?

Eso se había cuestionado con tristeza.

-Bueno, escoge rápido la tela que ya deben de acomodarlo para en la noche.

La reina se puso en pie del asiento donde estaban las telas esparcidas en el gran escritorio, caminó en dirección a la ventana para ver el cielo. Hoy estaba más nublado que antes, seguro para esta noche estaría nevando mucho más.

-Quiero que sirvan el pastel de frutas con chocolate – Dijo Anna al fondo entregando las telas a un mayordomo - ¿Tú quieres escoger algo Elsa?

-No, gracias pero es tú noche y tus antojos. No quiero escoger algo que te dé nauseas.

Anna sonríe con ternura en dirección a la reina, el día de hoy estaría dedicado para que la reina se ocupara lo más pronto de algunos papeleos de problemáticas del reino y de sus mejoras.

Cuando el Sol comenzó a ocultarse, todo estaba ya en orden en el castillo, la reina vestido con uno de sus mejores vestidos, al igual que Anna y los presentes. La platinada estaba sólo en la espera de su guardián, quien volaba con tranquilidad hacia el bosque de Arendelle. Tal como lo había pensado la reina, esta noche estaba comenzando a nevar más de lo normal.

El guardián volaba sobre los pinos, calmado, aun pensando sobre aquello que anhelaba para él y Elsa: ser un humano.

Sólo había un ser al que podría llamar para esto y dudaba mucho que fuera hacerle caso, la Luna.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando por el frente, sin verlo venir en base a sus distracciones, se estampo de frente con una pesadilla que terminó desvaneciéndose.

Jack había perdido de su mano el cayado, por lo que comenzó a caer sobre los pinos del bosque, gracias a que se aferró con fuerza de las ramas no cayó directo al suelo.

De por sí llevaba la ligera capa de escarcha de los copos, ahora había quedado repleto de sus prendas con lo que había en los pinos.

Buscó con la mirada su cayado, comenzó a descender con agilidad de las ramas para caer de pie en el suelo y continuar buscándolo.

-Maldición....... –Miró hacia los árboles para averiguar si se había quedado entre las ramas pero entonces un escalofrío lo recorrió al darse cuenta que no estaba solo – Dame mi cayado.

Se giró para ver la sombre de ese gran ser entre los arbustos.

-No lo mereces -Dijo la ronca voz de Conejo emanando de la oscuridad.

-Si crees que no me puedo defender sin él, estás equivocado.

-No Jackson, sé que puedes hacerlo pero hoy no planeo asesinarte.......y espero que ningún otro día más.

Jackson escuchó unos pasos muy pequeño sobre ramas, levantó la mirada con velocidad cuando se dio cuenta que uno de los huevos de pascua iba a caer sobre su cabeza. El peliblanco había conseguido atraparlo con una mano.

The Guardian Queen. 1er LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora