Capítulo 12

1.9K 199 131
                                    

***Narradora***

-¿En dónde está? –Preguntó la reina mirando por la ventana.

La princesa miró por la ventana igual para ver el camino de la entrada al castillo, bajo las luces de las estrellas y las antorchas y velas del patio principal.

-El primer ministro lo llevó a dar la vuelta hace unas horas, seguro ya no han de tardar – Contestó.

Ese día por la mañana, la mayoría de la realeza evitó a Hans para hacerle creer que no sabían nada de su día de cumpleaños.

La reina de cabellos platinados resopló hacia arriba haciendo mover unos mechones elegantes y sueltos que caía en su frente.

-Oye ¿Entonces no has visto a tu guardián estos días? ¿A Jack?

Elsa se giró para verle a los ojos, intentó contestar sin mucha angustia ni importancia.

-No, no lo he visto y no sé en dónde esté.

Anna abrió la boca para hablar pero unos ruidos de caballos trotando las hicieron prestar atención.

-Es el príncipe Hans ¡Vamos! – Anna dijo ajustando el gran moño azul pastel de su cabello y saliendo corriendo.

La reina miró hacia el cielo, después tocó el collar de colgaba de su cuello, el que Jack le regaló y que siempre atesoraría.

Las puertas del castillo se abrieron dejando ver al príncipe Hans frente a una gran ola de personas gritando "¡Sorpresa!"

El pelinaranja sonrío sin creerse aquella sorpresa, Anna apareció gritando a un lado de Kristoff, la reina no había gritado, simplemente sonrío ante el acto desde los escalones principales del gran salón de fiestas.

Algunos conocidos de la realeza se acercaron a felicitar al príncipe, incluyendo a Anna con el chico rubio. Elsa comenzó a bajar los escalones cuando una mano apareció frente a ella para ofrecerla a tomarla.

Se fijó en la persona y se trataba de ese hombre pelinegro y alto.

-Buenas noches su majestad – Dijo besando la mano de la reina que aceptó.

-Buenas noches señor Black – Sonrío Elsa con inocencia- Que alegría verlo aquí ¿Se quedará a todo el evento?

-Me temo que no, mi reina, pero me importaba saludarla antes que nada.

-¿Viene acompañado?

-Ahora lo estoy – Dijo sonriéndole - ¿Cómo ha estado estos días? Si se puede saber...

-He estado bien, gracias por preguntar.....

-Que feo lo que sucedió con las bestias negras – Dijo mirando hacia los invitados.

-Sí, me interesa saber de dónde han venido y sobre todo si siguen ahí afuera para ahuyentarlos.

-Lo importante no es ahuyentarlos, reina Elsa, sino exterminarlos –Tales palabras hicieron girar a la reina para verle a sus ojos ámbar – Así debe suceder con todo lo oscuro que dañe a su gente, a los que ama y sobre todo a usted.

-Pero....No sabemos la existencia de esos animales, podrían.....

-Podrían seguir atacando – Pitch terminó ganándole la oración – A las bestias oscuras hay que exterminarlas, sé lo que le digo.

-¿Y cómo identifica a esas bestias? – Frunció ligeramente el ceño Elsa.

-Se deben conocerlas en base a sus actos e intenciones, un ser dañado y sobre adelantado no puede dar marcha atrás a lo que es, nada puede hacer cambiar algo oscuro y aprovechado.

The Guardian Queen. 1er LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora