Capítulo 3

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***Narradora***

El cielo de la mañana pintada con claridad al reino, acompañado de una ligera capa de agua nieve cayendo sobre el pueblo.

La reina paseaba entre su gente admirando las nubes de este día, no era necesario la escolta de guardia, aun así dos guardias iban desde lejos a sus espaldas asegurándose de su reina.

-Buenos días majestad – Le saludó una mujer con su niño.

-Buenos días –Elsa les sonrío a ambos con levedad.

Continuó caminando hasta llegar al centro, en el kiosko rodeado por el pequeño mercado que desde temprano la gente monta para vender sus mejores productos.

"Pescado fresco"

"Las mejores bufandas y sacos para el invierno"

"Tés de plantas curativas"

Cada una de ellas era escuchada por la reina conforme avanzaba.

Retrocedió después de que una caja de madera cayera frente a ella, liberando una extensión de manzanas rojas.

-Perdone mi reina – Dijo el hombre encargado del puesto.

-No se disculpe, deje le ayudo – Elsa se hincó para tomar las manzanas.

-Deje que la ayude también –Contestó otro hombre.

Elsa levantó ligeramente la mirada y se encontró con un hombre alto, aun cuando estaba hincado. Era de cabellos negros, piel grisácea y vestía con pantalones y zapatos negros, y una camisa de manga larga de lo que parecía ser seda color gris.

Su rostro le fue familiar, en especial los ojos ámbar, pero no recordaba de dónde.

-Aquí están –Dijo el hombre tomando la caja con todas las manzanas en su lugar.

-Muchas gracias, por favor lleven una.

El hombre aceptó la manzana con una sonrisa placentera, miró a la reina y le tendió la suya.

-Gracias.... Disculpe pero ¿Quién es usted? –Elsa dijo tomando la manzana.

-Nadie con importancia mi reina.

-Todos tienen importancia en algo, y en especial para mí.

-Soy sólo un hombre disfrutando del reino de Arendelle.

-No es de aquí ¿cierto?

-Así es, por lo tanto no tengo importancia en este lugar.

-¿Y dónde la tiene? – Elsa le sonrió.

-En ningún lugar. Siempre estoy de un lado a otro, dando un parte de mí a las personas, pero no dura por siempre.

-¿Por qué no?

-Porque... -El hombre sonrío de lado mirando a las personas del mercado y de nuevo a los ojos azulados de Elsa- Porque depende de la persona que me dé la importancia, así es cómo trabajo yo.

-Por favor –Elsa le tendió la otra mano – Soy la reina.....

-Elsa – Interrumpió sonriendo – De Arendelle, creo que todos lo sabemos.

La platinada torció su sonrisa sin saber de decir o hacer, entonces el pelinegro tomó con delicadeza su mano.

-Black, para servirle majestad.

-Es un gusto, Black.

Pitch se apartó un paso atrás después de soltarle su mano, respiró hondo disfrutando el frescor del invierno.

The Guardian Queen. 1er LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora