ᴄᴀᴘ 13: ᴛᴇɴ ᴄᴜɪᴅᴀᴅᴏ ᴄᴏɴ ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴅᴇsᴇᴀs

Start from the beginning
                                    

—Es muy notorio... todo el tiempo pareces una uva.

—¿Qué haces aquí? —comienzo a ponerme nerviosa y no puedo mirarle, no después de estar pensando en él de extraña manera.

—Vine a acabar con este estúpido jueguito.

—¿Eh?

—Tú ganas. —Sonríe, camina hacia mí y me deja más confundida.

—¿Cómo que yo gano? ¿qué significa eso?

—Significa que tu plan ha funcionado, has hecho que quiera tocarte.

—Pero no debes...

—Sí debo, créeme.

Me quedo inmóvil y completamente muda... eso no me lo esperaba, ¿acaso escuchó cuando dije que le deseaba? Creí que lo que más deseaba era deshacerse de mí y ahora se da por vencido; no tiene lógica.

Aún incrédula por sus palabras, le observo acercarse a mí. Yo no me muevo de mi sitio ni un centímetro, pero las rodillas me tiemblan levemente. Llega hasta mí, imponiéndose con su altura, y miro mis pies descalzos, que lucen muy pequeños junto a sus botas militares.

—Esta noche serás mía —dice con voz aterciopelada, dejando que el aire tibio salido de su boca acaricie mi cabello.

El estremecimiento de mi cuerpo casi me hace jadear. Juega con un mechón de mi cabello y después desliza su mano hasta dejarla sobre mi cadera. Me da un empujón, y un grito ahogado sale de mi garganta cuando caigo sobre la cama.

Con ojos bien abiertos le veo colocarse sobre mí. Sin perder el tiempo rasga mi hermosa bata de satín morado con negro. Me estremezco cuando la punta de su cuchillo abre ligeramente mi piel. Antes de darme cuenta, retira por completo la tela y me deja solo en ropa interior. Mis mejillas arden y los temblores en mi cuerpo aumentan.

Quiero aventarlo, apartarlo de mí, pero mi cuerpo no obedece las órdenes que le mando. Su mirada está puesta sobre la herida de mi vientre, que apenas comienza a sanar... me avergüenza que la mire, así que, sin pensarlo, llevo mi mano a su rostro y lo levanto para que nos veamos el uno al otro.

«¿Qué se supone que estoy haciendo?», me reprocho en mi fuero interno.

Retiro mi mano y me doy cuenta de lo mucho que esta tiembla. Los ojos de As están oscurecidos, y me mira sin en realidad hacerlo. Empiezo a asustarme por el vacío que hay en ellos, y me remuevo debajo de él tratando de zafarme, pero solo logro que ponga más peso encima de mí, para dejarme atrapada.

—As... —por fin logro hablar—, estás bromeando, ¿cierto?

—Te he dicho muchas veces que yo no bromeo.

—¿Qué quisiste decir con eso de "serás mía"?

—¿No sabes lo que eso significa?

—Viniendo de ti no...

—¿Quieres que te lo explique o prefieres que te lo muestre?

—As...

—Dijiste que ya eras una mujer. Quiero que me lo demuestres.

—¿Eh?

—¿Tienes miedo? —Una perfecta sonrisa adorna sus labios y mi interior se estremece—. ¿Tienes miedo? —repite.

—Sí, tengo miedo —musito.

—¿Yo te doy miedo?

—Sí...

—¡Excelente!

Doy un grito cuando su cuchillo rasga profundamente mi piel y cierro los puños apretando la manta sobre la cual estamos acostados.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Where stories live. Discover now