40. Cumpleaños de Magnus

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Alec se llevó una mano al estómago, había algo en su vientre bajo, no era dolor, era...Alec nunca lo había sentido antes, latía, latía de su vientre hacia abajo; él se estremeció, su piel seguía erizada y sus labios hormigueaban, quería tocar a Magnus, besarlo...

Ya había estado en otras fiestas, había visto a Magnus bailar y cantar, pero esto era diferente.

Se echó a correr, casi a ciegas, el último tramo antes de la frontera. Sabía exactamente donde estaban las entradas y todos los libertos ya lo conocían, la chica asintió hacia Alec, sonrió y dijo: —¡Alec, ya se me hacía raro que no vinieras justo hoy!

—¿Hoy? –Alec se sorprendió por eso. ¿Era por la Fiesta?

—Sí hoy. Sabes que el tiempo pasa diferente para nosotros que para ustedes los "Perfectos"...

Alec hizo una mueca. Aunque lo aceptaban por Magnus y siempre lo trataban como a uno de ellos, no olvidaban que no pertenecía ahí, Alec era sólo temporal, un visitante.

—...en muchos sentidos, parece que la magia que nuestras fundadoras dejaron afectó el tiempo de este lugar y, por lo tanto, también a nosotros. Sobre todo a quienes nacimos aquí y más a alguien como Magnus. Y este aniversario es especial porque además de la Fundación de la SAOIRSE, celebramos el Cumpleaños –lo que ustedes en tu reino dirían 16– de Magnus.

Alec estaba por cumplir trece. No se había dado cuenta hasta ahora cómo el tiempo parecía estancanse en Magnus, mientras que él iba creciendo y cambiando, Magnus permanecía, sólo había mínimos cambios físicos en él.

—¿Es su cumpleaños? –Alec sintió una total desilusión, ¿por qué Magnus no lo quería aquí hoy?

—Bueno, algo así –la chica que estaba de guardia empezó a hablar nerviosa sin entender los brillantes ojos de Alec, llenos de lágrimas–, es el equivalente a lo que ustedes dirían "Cumpleaños", sabes que aquí tenemos pensamientos y festejos diferentes...

Alec pensó en dar media vuelta e irse, ya que obviamente a Magnus no le hacía falta en su cumpleaños.

Pero entonces ella dijo: —¡Tienes que verlo! Magnus destella, brilla hoy más que nunca. ¡Se ve fabuloso!

—Gracias –Alec intentó sonreír y se dijo que sólo lo vería de lejos, sólo para satisfacer su curiosidad, y después se iría.

Magnus no tenía por qué saber que él estaba aquí. No se daría cuenta.

* * *


Magnus estaba sonriendo a todos en el lugar. Llevaba una bebida púrpura en su mano y estaba tratando de recuperar el aliento después del último baile.

Amaba a su gente, por supuesto, amaba a su comunidad, daría su magia y su vida por ellos, pero le hacía falta algo, su corazón estaba vacío.

Y todo por aquel pequeño príncipe perfecto, casi adolescente, que no había podido venir.

Magnus no hubiera querido nada más que tenerlo aquí a su lado, en su «cumpleaños», pero no podía arriesgarlo, no iba a meter a Alec en problemas con su familia. Robert no había vuelto a golpearlo nunca, aunque lo hería de otros modos, Magnus lo sabía, lo veía en su niño, lo sentía, pero desaparecer de casa un fin de semana no sólo provocaría a Robert sino a todo el Reino, la desaparición de su príncipe más importante...

Así que Magnus había tenido que decir que no a Alec aunque, literalmente, le dolía en el alma.

Su plan era convivir con su gente lo más posible, fingir que se divertía tanto como ellos, y después fugarse un rato, pasar parte de la noche con Alec, podía recostarse con él, tomarlo en sus brazos y verían las estrellas desde su lugar, Magnus lo haría posible, él le contaría algún cuento de la SAOIRSE a su niño para que comprendiera más de su hogar. Y Alec escucharía atento y probablemente le daría un beso antes de dormir y un abrazo –el mejor regalo de cumpleaños–.

Magnus dio un largo trago y caminó hacia sonde Ragnor y Raphael estaban sentados –porque éste último no quería bailar–, Raphael tenía a Presidente en su regazo y Magnus sonrió. Aquel gatito que tanto caos había creado, al final Alec había aceptado que Raphael "cuidara" a su gato, pero cuando él viniera iba a recuperarlo.

Magnus estaba por saludarlos cuando lo sintió. Su ceño se frunció, su alma se agitó y su corazón dio un salto. No fue sólo su mirada, no fue la sensación de ser observado, su piel no se erizó sólo por eso...

Magnus buscó con la mirada hasta dar con él, de pie entre un grupo de personas que reían y cantaban, estaba Alec. Sus ojos todavía oscuros por los lentes de contacto reflejaban el fuego de la pequeña fogata de ese grupo en particular, pero no era sólo eso lo que les daba ese aspecto furioso, Alec estaba molesto.

Y Magnus lo leyó en sus labios, incluso a través de la distancia, cuando él habló sin intentar acercarse: —Feliz cumpleaños.

Magnus sintió una punzada en su pecho y lo sabía, era el dolor de Alec.

Sus ojos se cerraron sólo un par de segundos, pero cuando los abrió, su niño ya no estaba.

Magnus nunca lo había intentado, aunque sabía que era posible, para no asustarlo. Pero hoy era importante, podría hacer la diferencia, no podía dejar que Alec se fuera enojado y herido, así que lo hizo, en su mente le habló: —Mi niño, déjame explicarte.






CONTINUARÁ...

Haré algunos especiales por el cumpleaños de Magnus, este fue de los más pedidos, en este caso el capítulo sí va dentro de la historia, no es extra 💙🎉

Obviamente va a continuar, ¿qué creen que pase? Alec molesto, Alec sintiendo nuevas cosas, y esa conexión entre predestinados 😱

Pronto habrá un salto en el tiempo y cambio importantes en la relación malec 🙊💙

Gen H (Malec)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz