Victor

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Dos adolescentes recostados sobre la cajuela de un auto observaban a la chica que fotografiaba aves junto a su hermano.

–Aún no puedo entender cómo esa preciosura es hermana del judío.–soltó el chico conocido como Bowers.

–Si ella es su hermana, en teoría también es judía.–Belch, quien se mantenía dentro del auto, miró vagamente por la ventanilla.

–¡cierra la boca, Belch! Será una judía... pero una muy buena. Voy a lograr que me la chupe como sea.–Victor bufó molesto.

–¿podrías dejar de decir esas cosas? Es asqueroso.–Henry miró incrédulo a su amigo.

–¿Estás intentando decirme qué hacer, imbécil?–el rubio apartó la mirada–. Eso pensé...–

El par de bullys sentía cosas muy fuertes por la joven frente a ellos, pero se trataba de sentimientos totalmente opuestos.
Henry sentía deseo, pero Victor... Victor sentía algo más.
Uno quería llevársela a la cama, mientras que el otro se conformaría sólo con tomar su mano y recibir una de sus encantadoras sonrisas.
Uno estaba seguro de que conseguiría a la chica, el otro no se creía digno de siquiera pisar el mismo suelo que ella.

–Iré a hablarle.–Henry se levantó de la cajuela, pero Victor lo detuvo.

–Espera...–intentó rápidamente formular una excusa para que su amigo no se acercara a la castaña–. Stanley está con ella ¿qué crees que hará ____ cuando su hermano le diga que tú lo golpeas a diario?–

–¡mierda!–volvió a apoyarse en el auto–. Tendré que esperar a que esté sola.–

–Oí que mañana es su cumpleaños, podríamos ir a su fiesta.–Belch sacó la mitad de su cuerpo por la ventanilla–. Mi hermana es amiga de ella, podríamos colarnos como sus conocidos.–

Aquello no sólo alegró el triste corazón del rubio, sino también lo espantó. Si él podía acercarse a la chica, significaba que Henry también podría y lo último que quería era que el idiota de su amigo pusiera incómoda a la joven Uris.

–Buena idea, Belch... muy buena.–Henry subió al auto–. Vamos, Víctor.–

–Ya voy...–

El rubio observó por última vez a la chica, quien miraba con algo de dificultad un nido de aves en lo alto de un árbol.

Si no podía evitar que Henry se acercara a ella... entonces él lo haría primero.

Despues de que Belch lo dejara en casa, esperó un rato y salió nuevamente al centro en busca de un regalo adecuado para la chica. Si quería ganar ventaja sobre Henry, un lindo regalo de cumpleaños ayudaría en ello.
Recorrió el pueblo durante un largo tiempo, hasta que cierto objeto en un mostrador llamó su atención.

°•°

Al fin era sábado.
____ celebraría su cumpleaños a orillas de la cantera, por lo que el grupo de chicos junto a la hermana de Belch se dirigieron hacia allí.

–¿pueden explicarme por qué diablos vienen conmigo? Si piensan arruinar la fiesta de ____ me lo van a pagar.—exclamó la chica sentada entre Patrick y Victor.

–Tranquila, enana. Sólo queremos conocer a la chica, es todo. Además, Henry quiere... llevarse bien con ella.–Belch rió de forma bobalicona.

–¿Bowers?–el rubio miró a la chica a través del espejo retrovisor con una sonrisa–. Lo siento, pero a ella no le gustan los de tu tipo. Brutos e imbéciles. Y todos en este auto cumplen con esas pautas... todos excepto tú, Criss. Tú eres el único decente.–

~° One shots y otras cosas de "IT"Where stories live. Discover now