Eddie

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Dedicado a -LizGrazer-

°•°

Toqué la puerta de los Kaspbrak y esperé a que me atiendan, la señora K no tardó en abrir.

–Hola, cariño. ¿qué te trae por aquí?–me recibió con una sonrisa.

–Vine a ver a Eddie, quería ver cómo seguía su brazo.–

–Oh, eres un ángel, querida. Ven, pasa.–me dio acceso a la casa–. Justo estaba preparando la merienda para Eddie ¿gustas unas galletas con leche?–

–Sí, gracias, señora.–Caminé con ella hasta la cocina.

–Ten, llévale esto a Eddie.–me tendió una bandeja con dos vasos de leche y un tazón con galletas.

Tomé la comida y subí al cuarto del chico, al cual entré sin tocar. Eddie estaba tumbado en la cama, mirando el techo. Dejé rápidamente la bandeja sobre el escritorio y me lancé sobre él, con cuidado de no golpear su brazo.

–¿cómo se siente el asmático más lindo de todo Derry?–solté atrapando su rostro entre mis manos, plantando un corto beso en su nariz.

–Primero: creo que soy el único asmático de todo Derry. Y segundo: me siento bien, ____. Me fracturé el brazo, no me extirparon el pulmón.–

Eddie sonaba algo frustrado, de seguro se debía a la actitud sobre protectora de la madre.

–No te deja salir ¿eh?–solté aún sobre él.

–Siempre exagera todo, me tiene aquí encerrado como a un bebé.–solté una risita.

–Me recuerdas al chico burbuja...–Eddie no cambiaba su expresión–. Oye, ¿hay algo que pueda hacer para que tu ánimo suba un poquitín?–

Una leve sonrisa se dibujó en su rostro.

–¿podrías... darme besitos?–

Sonreí ante lo avergonzado que sonó al decir aquello.
Comencé a besar su rostro, soltando risitas al ver como poco a poco su rostro comenzaba a enrojecer. Mis labios fueron bajando hasta su cuello, donde dejaron una pequeña marca.

–Tú no le perteneces a mamá, Edward.–besé lentamente la marca roja que comenzaba a aparecer en su cuello–. Me perteneces a mi, pequitas.–

Sentí como Eddie se tensaba bajo mi cuerpo.
Volví a besar sus labios, pero esta vez con mayor intensidad. El chico llevó sus manos a mi cintura y las metió por debajo de mi blusa. Sonreí contra sus labios al notar como sus manos temblaban.

–Veo que ese yeso no te molesta para nada...–

Cuando sus manos estaban a punto de llegar a mis pechos, tres golpes resonaron en la puerta.

–Eddie, ____ traje más galletas.–

Miré divertida a Eddie mientras me ponía de pie, la frustración estaba bastante presente en su rostro.

–¡Mamá! Estábamos en medio de... algo.–

–Espero que no estés hablando de lo que creo que estás hablando... eres demasiado joven para esas cosas cochinas, cariño.–

La mujer dejó la comida en el escritorio y salió del cuarto, volviendo a dejarnos solos.

–Ya la escuchaste, nada de cochinadas.–reí.

–Ella no puede mandarme, tú lo dijiste ¿lo olvidas?... Yo soy sólo tuyo.–sonreí pícaramente.

–Bien dicho, pequitas.–

Me acerqué hasta sus labios y planté un suave beso sobre ellos.
Si la señora Kaspbrak no volvía a interrumpir, definitivamente le levantaría el ánimo a Eddie.

Si la señora Kaspbrak no volvía a interrumpir, definitivamente le levantaría el ánimo a Eddie

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~° One shots y otras cosas de "IT"Where stories live. Discover now