The walking dead One Shots

She ✔️

He vuelto y cada vez que aparezco me llevo la sorpresa de ver cómo día a día esta publicación crece cada vez más y yo no tengo forma de agradecérselos lo suficiente. De verdad, no se imaginan lo feliz que me hace  ver el apoyo y repercusión que tiene esta publicación. Gracias por absolutamente todo, desde el leer hasta votar y comentar. De verdad muchas gracias.
Po otro lado, espero que les guste este actualización y quiero ver que opinan a través de sus votos y comentarios. Vean al final qué hay una nota súper importante. Sin más...
                                                                                    Saludos, Athena.
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Me encontraba solo en el bosque, no muy lejos de Alexandria. No aguantaba más esta situación. Sentía que con cada respiración me ahogaba aún más. Nos encontrábamos metidos en un pozo, un pozo al que yo mismo nos guié a mí y a mi familia.
Sentía que el mundo caía sobre mis hombros, a cada momento volvían recuerdos de esa noche, el ver la muerte de mis amigos, ver el dolor que generaba en el grupo su pérdida, el terror que sentí al creer que también perdería a mi hijo.
Desde esa noche que no puedo descansar tranquilo, no puedo estar en paz. Cada ruido, cada movimiento inesperado hacía que me pusiera frenético al pensar que podían ser los salvadores. De apoco sentía cómo iba perdiendo la cabeza.
Me encontraba en un claro, el silencio abundaba. No había ni un caminante cerca. Pensé que aquí en el bosque podría tener, por lo menos, un minuto de paz. Pero cuando menos lo pensé me encontraba apoyado en un árbol con unas cuantas lágrimas derramándose por mis ojos. Involuntariamente comencé a golpear el tronco robusto, sentía como con cada puñetazo la corteza raspaba y cortaba mis nudillos. Necesitaba sacar todo este dolor, toda esta furia, la impotencia que sentía dentro de mi.
Agotado apoye mi cabeza contra el tronco y cerrando los ojos deje que la brisa fresca y el olor a los árboles me embriagara. Las lágrimas continuaban cayendo, aunque ya no distinguía si eran de tristeza o de ineptitud.
De repente, escuché detrás de mi como las hojas caídas era pisadas. Rápidamente tomé la pistola de la funda en mi cadera y volteé a ver al merodeador. Tenía un tiro limpio, directo a la cabeza, pero al observar detenidamente a la persona, la intriga y curiosidad comenzó a inyectarse en mi ser.
Justo frente a mi, se encontraba una chica de estatura mediana. Se notaba que hacía semanas que vagabundeaba por el bosque ya que toda su ropa estaba sucia y andrajosa. Tenía un poco de sangre seca en sus manos y brazos. Pero lo que más llamó mi atención fueron sus ojos oscuros que me miraban con terror.
-¿quién eres?- quise indagar aún sin bajar mi arma. Ella simplemente se quedó callada, alternando pequeñas miradas entre la pistola y mi rostro. El temor aún no abandonaba sus ojos, por lo que decidí bajar lentamente el objeto que la ponía tan nerviosa -esta bien, no voy a hacerte daño- aseguré devolviendo el arma de fuego a su funda correspondiente -ya está, lo siento es un reflejo- no debería de estar disculpándome por mi acción. Apuntar a un desconocido es regla común en estos días, pero sus ojos abiertos y sus cejas levemente fruncidas por la sorpresa y el pánico hacían que simplemente me sintiera ¿culpable?. Era como estar apuntándole a un cachorrito.
Cuando sus ojos confirmaron que ya no estaba siendo amenazada, simplemente volvió a mirarme a los ojos y antes de que pudiera decir algo se echó a correr.
-no, espera- dije corriendo tras ella -no quiero hacerte daño, en serio- pero mi declaración no sirvió de nada. Ágilmente la chica había logrado escabullirse entre los árboles y la había perdido de vista. El único rastro que quedó fue una lata de frutas en conservas, que al parecer se había caído de su mochila al momento de su huida.
Decidí dejarle la lata en el claro donde nos encontramos, sobre un tronco caído que allí había. Tal vez ella regresaría y podría tomarla.
Sin más, decidí volver a Alexandria.

Había pasado unos días desde el extraño encuentro. No le había comentado a nadie sobre lo sucedido y no le encuentro una explicación razonable, simplemente cuando quería plantear el tema me ponía un poco incómodo. Tal vez solo no quería preocupar a mi familia con la idea de una chica misteriosa merodeando cerca de la comunidad.
Por suerte los salvadores no habían hecho ninguna de sus sorpresivas apariciones, por lo que podíamos gozar de más de 10 latas de comida para toda la comunidad. Todavía no puedo creer que esté festejando tal acontecimiento cuando antes nuestras despensas se encontraban perfectamente abastecidas.
Me encargaba de hacer un pequeño inventario de lo que teníamos, para poder saber que era lo que debíamos buscar en la próxima expedición que realizáramos e inesperadamente me encontré recordando esos ojos oscuros que me miraban suplicantes. Esos ojos que pedían una oportunidad de salir de esa situación con vida. El factor detonante de ese recuerdo fue el haber encontrado una lata de frutas en conservas. Me quedé allí pensando hasta que una idea se cruzó por mi cabeza y sin analizarlo tomé mi arma y una pequeña mochila donde puse la lata y una botella de agua. Con determinación, me dirigía a las puertas de Alexandria.
Repetí el camino que había hecho ese día, se me estaba dificultando ya que aquella tarde sólo me encontraba merodeando y absorto en mis pensamientos, pero por suerte, luego de caminar por más de 10 minutos llegué al claro.
En un primer vistazo todo parecía estar igual que aquel día, pero la lata que había dejado ya no estaba. Podría haber sido cualquier persona la que la tomó, pero quería creer que había sido ella.
Saque la nueva lata y la botella de la mochila y las volvía a ubicar en el mismo lugar. Mirando a mi alrededor y comprobando que no había nadie, decidí rezagarme detrás de un árbol para ver si ella aparecía.
Los minutos pasaban y se hacían horas, podía notar sobre mi hombro como el sol comenzaba a caer dando paso a la noche. No podía seguir esperando, era inútil.
Casi como un milagro, el ruido de las hojas caídas siendo pisadas se volvió a escuchar y la chica volvió a hacer aparición. Mirando desconfiada a su al rededor, se acercó lentamente al obsequio. Cuando se encontraba tomando las cosas, abandoné mi escondite lo más suave posible y con las manos en alto.
Mis pisadas fueron percibidas casi instantáneamente por la joven, haciendo que mirara hacia mi dirección y nuevamente esa mirada de terror se plasmará en su rostro.
-no quiero hacerte daño, hablo en serio- nuevamente mi afirmación fue desacreditada al momento que ella intentó huir pero estaba vez, habiendo notado sus intenciones de antemano, logré apresurarme para capturar su mano de forma delicada, sin lastimarla. -no corras, por favor- pedí mirándola a los ojos esperando que pudiera notar la veracidad de mi pedido -no voy a lastimarte, lo digo en serio-
Segundos en el que nos quedamos así, estudiando fijamente la mirada del otro. Mi mano aún sosteniendo suavemente su muñeca
-soy Rick Grimes- decidí presentarme primero ya que sabía que no tenía sentido preguntar su identidad debido a que no lograría obtener una respuesta - tengo una comunidad no muy lejos de aquí- pero mi explicación se vio interrumpida por su baja voz.
-¿Qué quieres de mi?- cuestionó con desconfianza.
-nada- aseguré sin titubear.
-nadie en estos días hace algo sin esperar algo a cambio- refutó después de un pequeño silencio.
-pues supongo que estuviste tratando con la gente equivocada- respondí atisbando una pequeña sonrisa...que fue respondida luego de unos segundos.

⚫️ Tengo intenciones que el próximo shot sea de Negan, pero estoy entre dos opciones, así que se abre la votación: si quieren un shot más romántico y lindo, comenten #cuteNegan y si quieren uno más bien complicado y un poco triste, comenten #sadNegan.
                                                                            Let the games begin 😈