The walking dead One Shots

Negan ✔️

-(tn)______!!- un grito por parte de Zack, mi mano derecha aquí en Ólympos, me sacó de mi tarea de planificar la próxima expedición que debíamos hacer.
Hace tres días, Ólympos tuvo la desgracia de cruzarse con la desagradable gente del Santuario y su trastornado líder Negan. A partir de ese encuentro tenemos que buscar provisiones y armas para entregarles y rogar que sea eso lo único que se lleven. Desde ese día que he estado más estresada de lo normal ya que debemos esforzarnos el doble, no sólo para encontrar y tener abastecido nuestro pueblo, sino a los parásitos de los salvadores.
-(tn)______!!- otro grito por parte de Zack, hace que apure mi paso hacia la entrada de nuestra comunidad.
-¿qué ocurre Zack? ¿Por qué tanto alboroto?- mi seño fruncido por la molestia de haber sido interrumpida en mi tarea debía notarse a simple vista y cuando mi fiel amigo estaba por contestar logro escuchar un grito a través de la puerta que heló mi sangre.
- vamos mi diosa, déjame entrar- y allí estaba el, Negan llegando antes de tiempo y con una sonrisa socarrona que hacía querer partirle la cara.
Cuando me dirijo a abrirle la puerta con una cara que mostraba todo el desprecio que tenía de solo verlo, volvió a hablar - ¿qué pasa cariño, no me extrañabas?-
-pensé que habíamos acordado una semana, ¿qué haces aquí?- sabía que no era bueno demostrar mi furia, pero estaba confiada de que no me haría nada, hablara como le hablara, sabía por algún motivo que Negan no me dañaría.
-oh vamos cariño, no me mires así, pasaba a saludar...te extrañaba-

Esto último lo dijo acercándose y casi susurrándome en el oído. Debería alejarlo, fruncir más mi seño si podría ser eso posible, y mandarlo a la mierda...pero en cambio me quedo parada, mirando al frente estática, mientras el pasa a mi lado esbozando una sonrisa. Se daba cuenta del efecto que estaba teniendo en mi.
-vamos cariño, hazme una recorrida por el Olimpo- dijo, mientras me daba la vuelta y observaba como el me sonría por sobre su hombro en el momento que se encaminaba por la calle principal de mi hogar.
Ahí lo supe, esto estaba mal. Este hombre sería mi perdición.