Promise ✔️

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Me dirigía hacia mi casa luego de haber estado cumpliendo con mi turno de vigilancia en la cerca de la comunidad. Iba tranquilo, con un cigarrillo en mi mano derecha y la izquierda sosteniendo firmemente la correa de mi ballesta. La noche estaba extrañamente tranquila, parecía que toda Alexandria se había ido a dormir, lo único que perturbaba semejante quietud era mis lentos pasos.
No fue hasta que me encontraba subiendo los escalones que dirigían al porche de mi casa, que noté su presencia. Ahí estaba ella, mirando fijamente hacia el cielo, con su rostro levemente fruncido y la leve brisa de la noche acariciando su pelo. Algo le estaba preocupando.
Me debatí internamente de que debía de hacer a continuación y cuando estaba por continuar mi camino, su voz me detuvo:
-Daryl- mi nombre sonó tan delicado -¿Qué hacías?-
-volvía de mi turno de vigilancia- respondí acercándome un poco -¿y tú?...¿cómo estuvo tu...emm?- no sabía cómo decirlo para que no sonara ridículo y al parecer ella logró entender mi dilema porque en seguida liberó una pequeña risa y completó mi interrogación:
-¿mi "cita"?- hizo un gesto de comillas en la última palabra -fue un fracaso- determinó separando su mirada de la mía, para volver a colocarla en el estrellado firmamento.
-no pensé que Spencer pudiera ser tan idiota-
-yo si, lo qué pasa es que hoy lo confirmé- ambos comenzamos a reír. Era un momento agradable, de esos que no quieres que terminen nunca. Muchos dirían que, situaciones cómo estás, les hace acordar a cómo era la vida antes. No es mi caso, nunca viví momentos en los que me sintiera bien y completo. Aunque, comienzo qué creer que no es la situación lo que me hace sentir así, sino más bien...ella.
Cuando nuestras risas pararon, simplemente nos sumergimos en un cómodo silencio, no era necesario expresar palabra, la sola compañía del otro bastaba.
-me siento una tonta, sabes- la miré desentendido, sin saber qué era lo que la llevaba a sentirse de esa forma. - me preparé, había conseguido un vestido, Maggie insistió en hacerme un lindo peinado y maquillarme... fui una tonta, me preparé como si me fuera a encontrar con él y saliéramos a cenar, creyendo que estábamos en el mundo de antes. Deje que me ilusionara y yo como una tonta caí- solo para este momento logré notar que su voz comenzaba a temblar y gracias a un leve rayo de Luna que caía tímidamente sobre su cara, noté que unas pequeñas lágrimas comenzaban a caer.
-no puedes culparte por haber creído en una promesa-
-no tenía sentido. No soy esa clase de chica. No soy de las que atraen miradas. Diablos, nunca logré llamar la atención de nadie, por qué Spencer sería diferente- agachó su cabeza buscando disimular su dolor. -esta soy yo, la insulsa (tn)________ de desgastados jeans y camisas grandes; de apoco empezaré a aceptarlo y terminaré estando bien y esto será algo de lo que reírme en el futuro- comentó atisbando una sonrisa a la espera de que la correspondiera, pero yo solo mantuve silencio pensando en mis próximas palabras:
-no eres insulsa, jamás vuelvas a pensar eso. Eres perfecta a tu manera. Eres perfecta tal cual eres- me posicione delante de ella y tímidamente tomé su rostro entre mis manos. Cuando su mirada oscura se encontraba fija en la mía, con mis toscos dedos acaricié su suave piel en la búsqueda de eliminar todo rastro de llanto. -solo tienes que mirar un poco y encontrarás a la persona indicada. Esa persona que está dispuesta a darlo todo por verte feliz- nunca fui bueno con las palabras, no sabía si esto que estaba diciendo era lo correcto. Solo quería verla bien y antes de que pudiera medir mis declaraciones, una última pregunta se hizo paso:
-¿me dejarías ser esa persona? ¿Me dejarías hacerte feliz?-
La pregunta nos impactó a ambos, no era mi intención llegar a esto, no quería incomodarla. Claramente no era el momento ideal para que saliera yo a ventilar mis sentimientos. Con la cabeza gacha y buscando desaparecer lo más rápido posible de su campo visual, me encaminé hacia la puerta para poder ingresar a la casa y llegar directo a mi habitación antes de que siguiera cometiendo incoherencias.
Antes de que pudiera atravesar el umbral, un suave tacto irrumpió en mi áspera mano, mirando hacia el lugar de donde provenía la repentina acción, encontré que la mano de (tn)________ era lo que me detenía. Su fuerte y cálido agarre, casi como el de un trozo de seda, aferrado a mi mano, me pedía silenciosamente que no me vaya, que no la soltara.
-Daryl- volvió nuevamente a susurrar mi nombre y nunca creí que me gustaría tanto como cuando ella lo pronuncia. -no encontraría a nadie mejor para esa tarea-
Para antes de que algún impulso fuera enviado por mi cerebro, sus labios dulces y aterciopelados se encontraban adheridos a los míos, sellando así mi promesa. Nuestra promesa.

 Nuestra promesa

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The walking dead One Shots Where stories live. Discover now