John Wells. Reencarnación.

Capitulo 49. ¡¡¡No conozco a nadie con ese nombre!!!

Perspectiva: Clarissa García.

Después de estar perdida tanto tiempo, por fin llegó a mi destino, hacía mucho tiempo que no sentía la presencia de John, pero hace días volví a percibir su aura.

Mi amiga araña, me enseñó que se puede sentir el maná de los seres vivos, aunque no supo explicarme porque podía sentirlo desde tan lejos.

Al parecer el maná, y la energía mágica, proviene del alma, ella dijo que para el alma no existen barreras.

Eso me convenció, estando a unos días del reino destruido, nos encontramos una manada de lobos, eran muy grandes, pero nada que no haya visto antes.

Desde que escapé de casa, encontré cosas maravillosas en este nuevo mundo, vi animales imposibles y fantásticos, muchos eran peligrosos, pero nada que una Arachne no pueda solucionar.

Estoy segura que el príncipe me sigue, a pesar que me escondí en el bosque nevado, no pude perderlo, aunque pasé todo un año ahí, él no desistió...

Estoy harta, pero no puedo hacer mucho contra él.

Su magia es poderosa, aunque contra mi amiga Latrodectus, no es nada.

A pesar de todo, no quiero que muera, seguro que Telma estaría muy triste... No quiero que vuelva a odiarme.

En fin, dudo que a esta distancia esté enterada de lo que ha pasado.

Por ahora mandare algunas [Muñecas de nieve] para detener su avance.

—¿Estas preocupada Clarissa? —preguntó el cazador.

—No... —respondí creando algunas bolitas de nieve en mis manos, las deje caer al suelo, después de unos momentos se levantaron copias exactas de mí.

Es la magia que yo misma invente, nadie más puede usarla.

—¿Quieres que me deshaga de ellos? —preguntó la araña.

—Que no. —les dije enojada.

Solo quiero descansar un poco, cuando lo encuentre, por fin podre relajarme. ¿John, donde estas?

—Huele a orcos —dijo la araña—. Se acerca un gran ejército.

—Esto, espero que no sean problema.

—No es para tanto, si se interponen los despedazaré —respondió ella.

Ella sonrió de manera tierna, su dulce sonrisa alivio un poco mi miedo, ¿aunque debería asustarme que haga algo así?, se supone que debería estar asustada, quizás.

Ella es muy confiable, su poder es de temer, que bien que soy su amiga.

Una mujer de piel gris montada en un lobo gigante, se acercó a toda velocidad, detrás de ella había un ejército de gigantescos hombres de piel verde y gris.

El lobo se acercó pronto, la mujer se levantó sobre la espalda del animal y salto al suelo, solo camino hasta enfrentarse a mi amiga. Es increíble, mide casi 2 metros, es muy imponente.

—¡Oh! un orco, y eres linda. —dijo la mujer araña, la chica de piel gris sudaba, parecía muy nerviosa. Aunque al caminar y enfrentarla, no tambaleo ni siquiera un poco.

—Es usted una mujer hermosa y poderosa —dijo la chica—. Aun así, no nos intimidara —la chica hablo con una voz muy fuerte—. Moriremos luchando si es necesario.

—Interesante, los orcos siempre fueron interesantes, jamás se arrodillan ante nadie, eso me gusta mucho —dijo la Arachne—. ¿Cuál es tu nombre?