Capitulo 40: Yui Wells, la prestamista de oro.

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Perspectiva: Clarissa García.


Pues bien, hoy me levante muy temprano, me escape de casa, normal, al final nadie se enteró.

Así corrí al gremio, podría haber sido llevada en carruaje, pero no tenia tiempo de pedir un permiso a mi padre; luego esperar a los guardias, desayunar, antes que nada; tendría que esperar todo ese tiempo, hasta que mi padre que es demasiado sobreprotector, me dejara salir de la mansión.

Así que mejor me escape, en mi cama deje una muñeca de vestidos por si acaso, total Nerea sabe que duermo hasta tarde...

Mi casa queda muy alta en una colina, escape de los guardias de mi casa y camine durante casi 40 minutos, me duelen los pies...

Es muy temprano, el sol aun no sale, además veo a mucha gente en las calles, es normal para los plebeyos; Ellos se apresuran a poner sus puestos y abrir los locales.

Hay muchos aventureros, que van desde niños pequeños hasta adultos mayores.

Es normal ver ancianos con mas de 200 años en estos lugares.

Estoy yendo a una escuela muy prestigiosa, ahí me enseñan muchas cosas de este mundo, es emocionante...

Cuando vi el edificio gremial, había solo algunos hombres y mujeres, aventureros que se levantan temprano para trabajar.

Las puertas abren muy temprano y eso me alegra.

—Señorita Trigver—me llamo la recepcionista—. Veo que ha venido, su mensaje ha sido respondido.

Me saludo alegremente.

—Llámame Clari... Giselle, si Giselle...

—Señorita Giselle...

Pasé a la habitación detrás de la recepción donde vi la bola de cristal anterior.

—Leeré su mensaje —dijo tomando un papiro, su expresión cambio un poco—. "Por ahora mantente en contacto, espero que no seas igual de loca que antes... Pagaras cada mensaje, te hare la cuenta de todo lo que gaste hasta que volvamos a vernos" —ella estaba algo asustada, creo que temía a mi reacción.

Yo quería gritar, estaba muy feliz...

—Perfecto, ahora escríbale lo siguiente —le dije tomando varias monedas—. No te preocupes por el dinero, yo misma pagare lo que has gastado hasta ahora; Estoy feliz de que hayas respondido, cualquier cosa que desees puedes pedírmela, incluso si tengo que ir a buscarte hasta el reino Hordbac.

Estaba emocionada, ahora quisiera escuchar su voz... donde están los teléfonos, porque no hay teléfonos aquí.

La recepcionista se asustó, creo que en mi impulso la tome de los hombros...

Retome mi postura antes de disculparme.

—Perdoné mi actitud —le dije—. Si pudiera decirle todo eso yo, seria muy feliz —le entregue a la recepcionista el doble del dinero y le pedí que transfiriera algunas monedas para John.

—No se preocupe señorita, se que es alguien importante para usted —me sonrió con gracia.

—Si, muchas gracias —le sonreí—. Debo irme, pero volveré cuanto antes.

—Nos veremos señorita Giselle —me despidió la recepcionista.

Cuando llegue a mi casa, después de caminar una maldita colina... en mi casa se encontraba el idiota del príncipe.

John Wells. Reencarnación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora