John Wells. Reencarnación.

Capitulo 11 El viejo Sabio parte 2

Perspectiva: Jim

Salí de la casa, creo que esto será mi rutina de ahora en adelante, aun falta 1 hora antes de la última campanada... Creo que hicimos muchas cosas en este día.

Supuse que tardaríamos casi 2 días en encontrar los Goblin, afortunadamente aparecieron rápido.

Camine un rato hasta estar en un lugar apartado de la gente, me pare recargándome en un árbol.

La cota de malla que traía, la parte del pantalón esta inutilizable... la tome de mi bolsa de piel para mirarla, puede que aun tenga forma de arreglarlo.

Creo que iré a reclamar al dueño de la tienda mañana.

—Hey chico, nos volvemos a ver —grito el mismo anciano, que apareció de repente a mi lado—. ¿Qué le ha pasado a tu cota de malla?... se derritió...

El anciano me quito el metal que traía en la mano.

—Oye chico, ¿de casualidad te enfrentaste a un Dragón de Ceniza? —me pregunto el viejo estirando el metal.

—Ningún dragón, solo fue un poco de magia —le respondí tratando de arrebatarle el metal, maldito anciano se mueve demasiado rápido.

—Magia... —el anciano me miro y se quedo pensativo un momento.

Entonces desapareció... de pronto un intenso dolor en mi abdomen me hizo caer de rodillas al suelo...

—Como lo supuse, tu cuerpo es interesante —dijo el viejo con el puño cerrado.

No podía responder, no pude moverme, estaba a merced de este anciano.

—Más duro que él [Tolker] —dijo el viejo siguiendo su monologo—. Es extraño que tu piel soportara una temperatura tan alta...

Yo luchaba por recuperar el aire, este maldito viejo... te hare mierda.

Me levante rápidamente y lance una patada a su cara, él la detuvo con la mano, de inmediato me gire y aprovechando que sostenía mi pie, levante la otra pierna para patear su cabeza, el me empujo con su mano libre y caí al suelo de espalda.

—Buenos movimientos, pero aun eres joven –dijo el anciano—. Te hace falta experiencia en combate.

Tome postura de boxeo, lanzaba golpes con rapidez, mismos que el viejo se quitaba como si nada.

Ganchos, volados, lo que fuera que hiciera, no lograba un solo golpe, además de eso, el viejo no parecía sorprendido, es como si ya conociera mis movimientos.

Me gire dándole la espalda dispuesto a darle una patada, la misma con la que vencí al gordo del gremio... pero antes que siquiera levantara el pie, el viejo me pateo el trasero y caí de rodillas.

—No deberías intentar trucos baratos con alguien experimentado —me dijo el anciano—. Y menos darle la espalda, pude romper varias vertebras en ese momento.

Mientras yo trataba de recuperarme, el viejo sonreía como un niño.

—Por cierto, no intentes ir a reclamarle al vendedor —me dijo—. El Tolker es uno de los metales más duros; tu además de haberlo derretido, no recibiste ningún daño... eso llamara mucho la atención.

—Porque piensas que le reclamaría al vendedor —le pregunte, claramente eso fue lo que pensaba hacer, como supo.

Me puse de pie pero aun me sentía adolorido...