Capítulo 26: Atrapado en la Cueva Demoniaca. parte 1

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Perspectiva: John Wells.


La abuela es divertida, me levante a desayunar, supongo que mis padres tardaran en salir del cuarto.

—¿Ya te vas joven amo? —me pregunto Impher.

—Si, hay mucho trabajo para hoy, volveré después.

—Ve con cuidado joven amo —dijo Amy.

—Nos veremos luego —me despedí.

Sali de la casa con mis cosas, el viaje que hice resulto una perdida completa de mi tiempo. Tener dinero en este lugar es indispensable para vivir, mucho más si quiero vivir cómodamente y viajar.

La calle estaba más movida de lo normal, un montón de personas caminaban riendo y divirtiéndose, poniendo adornos por todas partes.

La fiesta de la cosecha es mañana... lo había olvidado, todos se están preparando para comer, beber y divertirse.

Suspire sin querer, ahora no tengo mucho dinero, y ya tengo a otro idiota a quien mantener, solo espero que no decidan quedarse mucho tiempo... Además de que no hay espacio suficiente, no quiero sentirme como en un hogar de refugiados.

Sobre todo, cuando se ponen cariñosos.

Esperaba invitar a alguna de las niñas a la fiesta, pero ahora no tengo tiempo para eso, debo conseguir mucho dinero y pronto.

Camino al Gremio encontré a Violet.

—Hey, hola cariñito —me saludo,

—...Violet, hoy iré a matar algunos monstruos, como parte de tu entrenamiento también debes tener combates reales.

—Reales...

—Hoy pelearas con algunos Goblins, o algún animalucho de esos y obtendremos algunos núcleos demoniacos.

Caminamos a un área diferente, la salida sur del reino, normalmente no voy a ese lugar, así que cuando salimos me detuvieron, verificaron mi rostro y con asco me regresaron mi placa de aventurero.

La salida sur está llena de granjas, que viven fuera de los muros, son los que proveen de comida al reino.

Fuimos mucho más haya, subimos algunos cerros y entramos al bosque, todo es tan hermoso y natural... caminamos más de una hora buscando monstruos.

—Aquí hay huellas, parece que son Goblins —le dije a Violet.

—Como sabes, yo solo veo un hueco.

Le di un coscorrón y le dije.

—Esto es una huella. —dije señalando las marcas de lodo seco.

—Lo siento, pero yo no se mucho acerca de la magia, no soy buena usándola.

—No necesitas saber magia para verlo... —le respondí—. Pero hablando de magia, déjame ver lo que puedes hacer.

—Bueno... —ella levanto una mano y recito el típico poema mágico—. —Que la calidez de la Diosa me guie [fuego]

De su palma broto una llama, tan pequeña, como la producida por las velas... creo que incluso Idrits es mejor en esto, ella por lo menos puede hacer una llamarada normal.

—Usa mas maná, quiero ver cuál es el máximo.

—Eso... es todo lo que puedo hacer... —dijo haciendo su máximo esfuerzo.

La llama que soltó fue solo dos veces mas grande, y ella quedo agotada, parece que sus reservas son casi inexistentes.

—Sigamos, ya veremos eso después.

John Wells. Reencarnación.Where stories live. Discover now