John Wells. Reencarnación.

Capítulo 36: Pelea contra Sarly

Antes de empezar, quiero decir algo.

Lo primero es acerca de los personajes, estaré dibujandolos, voten por el personaje que quieran que ver.

Lo segundo es sobre una historia que estoy escribiendo, llamada Con máscara de gato, que es del mismo universo que John Wells. Si quieren pueden ver el primer capítulo en mi perfil.

Perspectiva: John Wells

Como cada mañana, me levante temprano, los molestos ruidos no cesaron, parece que no entendieron la última vez.

Abrí la puerta lentamente, mientras me transformaba, me pare frente a mi padre y rugí, ellos casi cayeron de la cama, como hacen para estar todas en la misma cama.

—John —dijo mi padre—. No es lo que piensas —trato de decir—. Ya he comprado una casa, donde iremos a vivir a partir de ahora, es grande, con muchas habitaciones y cuartos separados... —creo que tembló un poco...

—Bien, ¿y que esperan para mudarse? —le dije mirándolo a los ojos fijamente, mi voz era muy gruesa, gracias a la transformación.

Cerré la puerta con algo de fuerza y se desarmo... creo que debo medirme un poco.

Me convertí en humano otra vez, y desayuné algo rápido.

Sali de la casa, aun no amanecía completamente, así que aun era oscuro en la calle...

En la calle vi a varios mercantes acomodando sus puestos para vender.

No entiendo como pueden vender sus cosas con tanta basura.

Me detuve frente a las oficinas, Adai y sus compañeras llegaron muy temprano.

Pase abriendo la puerta con algo de fuerza, pero había alguien inesperado dentro.

—Pequeño John —me llamo Adai.

—John Wells —me hablo la princesa, venia vestida como una plebeya, aunque al verla se sabía que no lo era, su piel parecía suave al tacto y limpia, por lo que no podría pasar desapercibida.

—Su majestad —la salude con la mano en la frente, Violet me imito; en la pared, oculta en la sombra, estaba una asesina, la mire a los ojos.

—Oh, has visto a mi guardaespaldas —señalo la princesa—. No te exaltes por ella, está aquí para protegerme.

Solo asentí.

—Ven, siéntate a mi lado —dijo llamándome a una de las mesas.

—¿Hay algún negocio conmigo?

—escuche lo que paso en el reino, lamentablemente, perdimos a muchos hombres y mujeres —dijo con algo de tristeza—Pensé que mi tío estaba al tanto de esto, pero no volvió y ha tardado en regresar, por lo que debo pedirte, que sigas con la misión, debemos asegurarnos que ya no hay hombres transformados.

—Hare una investigación minuciosa, su majestad —conteste, ¿ahora como le digo que aun quedamos dos?

—Tienes 1 semana, para darme tu reporte, mi tío confía en ti, por lo que creo que puedes con esto; también te daré un pago justo por tus servicios.

—¿Debo ir al reino a entregar el reporte?

—No, yo vendré personalmente, por ahora, ¿quisieras acompañarme en mi paseo?

—lo siento su majestad, ahora mismo tengo una misión importante —le respondí, claro que no hay tal misión, solo no tengo ganas de salir con ella.

Acabo de recordar, fue a ella a quien mande hacer una cita el mes que viene.

Ella me miro con algo de enojo en sus ojos, mierda, sé que la cague, pero... no tengo deseos de estar cerca de ella, se ve que es difícil de tratar.