John Wells. Reencarnación.

Capítulo 30: Propuesta. La fiesta de la cosecha.

Perspectiva: John Wells

La chica no me ataco de inmediato, de hecho, estaba esperando, entendí en la medida justa, que ella no atacaría, al parecer planea jugar conmigo antes de asesinarme.

—Eres una mujer poderosa.

—Ah, es raro que hables en una batalla —me respondió—. Oh, ya se, estas tratando de ganar tiempo, así que soy una enemiga difícil para ti —ella se burló un poco.

—Parece que has investigado mucho acerca de mí.

—Fufufu, solo lo suficiente, tus gustos, aficiones y demás cosas de interés.

El cuerpo temblaba un poco, estar justo delante de una mujer de este nivel de fuerza, ni siquiera esos monstruos eran tan poderosos...

Como saldré de esto, podría intentar sobornarla.

—¿Qué busca de mi señorita?

Ella se sorprendió por la pregunta, lo estuvo pensando un segundo y luego respondió.

—No puedo decírtelo, él me ha dicho que no hable demasiado; jamás debes decir tu plan, aunque te sientas muy confiado.

Ella en verdad disfrutaba esto, y yo no encontraba una manera de salir de este agujero.

—entonces, ya que no vas a atacar, empezare yo —Ella camino lentamente hasta donde estaba.

Yo use las garras como espadas gemelas, pero ella se quitaba todo, solo jugaba conmigo...

Deje las garras a un lado, y me lance a tratar de golpear, ella detuvo todo con sus pequeñas y suaves manos.

—Jajaja, esto es divertido, debería anotarlo en mi cuaderno —ella saco una libreta y escribió—. Querido diario, hoy estoy divirtiéndome mucho, el pequeño John Wells es muy débil, pero divertido, sus movimientos son certeros, y aunque aún le falta algo de fuerza y velocidad, pienso que podría ser un guerrero muy peligroso en el futuro.

—Imposible —dije, ella bloqueaba todos mis golpes, si el anciano no pudo hacerle nada, creo que es una pérdida de tiempo seguir con esto—. Parece que hasta ahora no había pensado muy claro, me rindo, ante ti es imposible.

Ella parecía decepcionada.

—No, no, no —ella se acercó en un segundo y con un golpecito con su dedo en mi cabeza me estrelle contra el árbol, sentía que mi cerebro se iba a salir.

—Huy, creo que me pase un poquitín... Pero es que me has hecho enojar, se supone que eres un guerrero poderoso, que fuiste un asesino... nunca dejaste que te dominara el miedo... que pasa contigo.

—¿Quién... te ha dicho eso de mí? —le pregunte con un terrible mareo.

—No cambies el tema, deberías estar atacando con todas tus fuerzas —respondió.

—Bien —le dije—. Ya que quieres disfrutar mientras me matas, lo hare; te atacare con todas mis fuerzas... Explosión de mana —grite liberando mi poder mágico.

—¿Vamos, eso es todo? —dijo sin sentir nada —apenas y fue un leve cosquilleo.

Tal vez pueda usar magia oscura, algo básico, si pudiera, por lo menos tocarla... eso es, solo necesito tocarla...

—Tocar... —dije levantando ambos brazos, iré por sus pechos, su cadera, su culo.

—¿Qué haces? —me pregunto sin entender.

Corrí hacia ella exprimiendo todo mi poder.

—No es lo que creo, verdad... —Ella se cubrió el pecho rápidamente y empezó a correr por todos lados—. Noooo, no puedes hacer eso...