Capítulo XVI (Parte 5)

879 50 4
                                    

~ ♥ ~

Llegué a casa justo antes de que comenzara a llover. Subí directo a mi cuarto y me encerré, no quería sorpresas por la mañana. Me cambié y me quedé sentada en borde de la ventana, mirando la lluvia por mi ventana caer al igual que mis lágrimas.

¿Qué acabo de hacer? ¿Qué acabo de decir? Demonios, soy una estúpida. Me había ido de aquella casa ignorando lo que me decía, pretendiendo que él estaría mejor sin mí y viceversa. Me había ido de aquella casa después de aquel beso que sentí salado en cuanto me separé de él y lo tumbé para dejarlo atrás: Las lágrimas no cesaban en cuanto cerré su puerta, no quería que me viera llorar porque sé que él no lo hubiera permitido... y eso me rompía más y no quería mostrar que lo amaba. ¿Qué hice? ¿Cómo fue que lo dejé ir? Me arrepiento terriblemente pero... Demonios, estoy hecha mierda gracias a dos hombres. Siempre termino jodida por hombres.

Mi padre estuvo conmigo desde siempre y teníamos un amor incondicional hasta el día en que maté a mi hermano y madre, Jerry fue lindo conmigo hasta que terminamos y mostrábamos quién realmente éramos, Leo ha llenado mi vida con una alegría que había olvidado, que había odiado y finalmente estaba Jefferson, el doctor que terminó siendo algo más para mí. ¿Cómo pude dejarlo ir? Quiero a Leo pero amo a Jefferson, mi problema es que debía lastimar al que me había hecho más daño y era más tóxico.

Sí, Jefferson es tóxico: Él siempre lograba hacerme caer en sus trampas, me enredaba con su hilo invisible hasta terminar atada en su red y poder así conquistarme; sí, eso era lo que había hecho conmigo: A pesar de que nuestra confianza pendía de una cuerda, él aun así lograba tenerme. Siento demasiado estando a su lado, me hace pensar en él todo el tiempo y siempre supe que era uno de esos doctores brujos porque me dejó bajó un hechizo que no puedo deshacer. Y sé que Stan también lo siente: Cuando lo vi a ojos mientras le decía las atrocidades que salían de mis labios, lo vi sufrir. Sus sonrisas ocultaban cada emoción, cada gesto que hacía era una defensa contra mis palabras, su voz intentaba no sonar fría ni dolida, sus labios clamaron los míos cada vez que los miraba y finalmente lo consiguió al besarme, solo para darse cuenta que ese fue el punto final para la explosión.

Soy muy orgullosa, quiero decir, sabía lo orgullosa que podía ser pero hasta ahorita no había visto la gravedad del asunto. Ahora estaba sentada sola, mirando las fotos que Benjamín tenía en su celular cuando habíamos ido a Disney y yo las había pasado a mi teléfono cuando estábamos en aquel restaurante y había dejado su celular en la mesa. La escena volvió a mi mente junto con el portazo que di para cerrar el acto y deseé por un segundo que él estuviera afuera haciendo señas para que lo viera, que lo dejara pasar y estuviésemos abrazados, alejando el mal del mundo... nuestro mundo.

Dos meses después.

"Otro día, otra vida. Otra mente, otra alma y otro cuerpo en el que crecer. Las estaciones cambian así como mis sentimientos por él: El invierno era la estación con la que había entrado aquí, con la que me había acostumbrado a vivir; los copos de nieves caían sin cesar y me calentaban de alguna manera, me mantenían cálida pero entonces, lentamente, el otoño hizo su presencia con la caída de la primera hoja seca en mi corazón. Era extraño que las estaciones comenzaran a aparecer de forma inversa pero así es como se daba en mí: Del frío al calor, de lo oscuro a lo brillante. Otra lágrima, otro llanto. Otra pérdida de tiempo, otra vida perdida. "Calla ahora y cierra los ojos, sé que estás cansada y no te impediré el descanso que te mereces.", me dijo hace unos días después de una breve e inesperada salida por la noche y ahí fue cuando el invierno desapareció, convirtiéndose en otoño.

Pero aun así, hay algo que no está bien y lo puedo sentir. Quiero decir, cuando estoy sola me siento mejor que estando con él... es confuso, a decir verdad. Es que no me encaja esto de "estar juntos", esto de besarse y pretender que él no tiene a otra es difícil. Necesito confiar plenamente en alguien, en algo que me traiga resultados buenos y efectivos: No quiero estar de nuevo rota, que pueda volver a ser yo misma si él no fuera así de bueno conmigo.

16: La vida de Elizabeth Collins y Jefferson StanWhere stories live. Discover now