Capítulo V (Parte 2)

2.9K 175 11
                                    

¿Alguien me había llamado? Me volteé y no lo pude creer. Me paré rápido y corrí hacia donde estaba para abrazarlo fuertemente, él era una de mis personas favoritas en el mundo y era uno de los pocos que no sabían en donde había terminado.

-Oh por Dios, ¿Cómo has estado? -Le pregunté separándome de él, vi que tenía un frisbee en la mano y me acordé de alguien.- ¿Estás con Desiree todavía?-vi la felicidad en sus ojos con esa mención.

-Sí, me casé con ella hace dos años en Francia.

-Oh vaya, felicidades. -Sonreí.- ¿Aún no seré tía?-Reímos y negó con la cabeza.

-Estamos en eso.-Aprovéchalo, pregúntale lo que quieras, dijo mi subconsciente.

-¿Has sabido algo de papá?

-Bueno, volvió a Denver y no he sabido nada de tus hermanos tampoco. ¿Por qué?-Sentía que me observaban y volteé la mirada rápido para darme cuenta que Jefferson nos veía.

¡Jefferson!

-Ven, quiero presentarte a alguien. -Lo tomé del brazo y caminamos hacia donde estaba.- Adolf, este es Jefferson Stan.-Él simplemente lo saludó con la mano.

-¿Qué tal? Soy su hermano.-Dijo.

-¿En serio? Ella me dijo que solo tenía un hermano.-Preguntó el doctor. Él asintió.

-Sí, es que nuestro padre nos tuvo a nosotros en el primer matrimonio y Eli es del segundo. -Me miró.- Por cierto, te luce el rosado y estás bien guapa.-Sonreí.

-Gracias.-Noté lo incómodo que se encontraba el doctor y mi hermano también lo notó, así que dijo:

-Bueno, yo me tengo que ir, Desiree debe estar esperándome. Oh, feliz cumple. -Lo abracé y deseé que se hubiera quedado un rato más. Nos separamos y miró al doctor Stan.- Cuídala con tu propia vida, ¿Okey? -Adolf se rió pero aunque no estaba viendo a Jefferson, sentí cómo él sonreía diciendo que lo haría.- Nos vemos.-Se fue.

-Así que... ¿Tu hermano?-Volví a sentarme a su lado.

-Tenía bastante tiempo sin verlo, se había mudado a New York. Y como te acaba de decir, él es del primer matrimonio de mi papá; también tengo una hermana, se llama Natasha.-Respondí y, en un intento de discreción, volví a fijarme en su costado.

-¿Quieres verlo?-Aparté rápido la mirada. Odiaba sonrojarme sin poder cubrir mi rostro: Debí haberme sacado una pollina o algo; sí, lo quería corto pero con pollina larga.

Antes de que pudiera responder, él tomó mi breve silencio para quitarse la camisa. Vaya, no era el cuerpo con musculatura perfecta pero estaba progresando. El tatuaje de su costado eran unas cadenas que al final se rompían y en su espalda vi un ave fénix resurgiendo de las cenizas, el cual lo habían tatuado de una forma muy realista.

-Son hermosos.-Murmuré sin darme cuenta de que le había estado acariciando el tatuaje de la espalda. Él se rió al ver cómo apartaba mi mano.

-Oh Elizabeth...

-Déjame, ¿Sí?

-Nunca.-Ambos bromeábamos pero mi piel se estremeció con esa palabra.

Miramos el atardecer en silencio mientras nuestros pies se mojaban con el vaivén del agua.

-Elizabeth... -Me dijo en cuanto terminó de oscurecer. Lo miré y vi como si dudara de algo.- Es... hora de regresar.-Eso era: Él no quería verme en el centro psiquiátrico otra vez, le había gustado más esta forma... ni yo tampoco quería volver a esas cuatro paredes.

Asentí y volvió a colocarse la camisa, nos paramos y caminamos lentamente hacia el carro: Apenas debían ser las seis y media y la comida no se servía hasta que fueran las ocho. Me iba a montar pero él me tomó del brazo gentilmente, lo miré y lo que pasó por mi mente tenía que ser una gran locura para querer realizarla de verdad.

-Una última cosa antes de volver. -Abrió la puerta de atrás y sacó algo, la cerró y me entregó una cajita pequeña.- Antes de que abras la caja... sé que es algo tonto que te entregue esto pero realmente me gustó y pensé en la frase... Me gustaría que te sintieras así. -Lo miré a los ojos y luego a la pequeña caja azul con un lazo rosa, la abrí: Era un anillo plateado, sencillo, lo agarré y vi las letras que él me decía: "Safe and sound".- Adentro le agregué algo extra, me acordé de una canción y me dije ¿Por qué no?-Esa frase era "Think happy thoughts". Me lo puse y me quedaba perfectamente bien.

-Es... realmente bello, gracias.-Sana y a salvo, ten pensamientos alegres, cool; pensé en esos mensajes y su significado.

-¿Elizabeth?

-¿Sí?-Lo miré.

-Feliz cumpleaños.-Sonrió.

Esas palabras me las había dicho hace unas cuantas horas atrás pero esta vez tenían cierta chispa, un significado diferente, algo especial... algo que hizo que lo tomara del cuello de la camisa y cumpliera la loca idea que había pensado hace un rato: Besarlo. Cuando mi hermano le dijo a Stan que me cuidara con su propia vida, sabía que él observaba lo mismo que yo en aquel momento: Un agradable chico, mayor que yo en muchos sentidos, que en sus ojos se veía lo responsable que era. Y cuando Jefferson me dijo el "nunca"... fue algo muy personal y emotivo; a esa palabra le había conseguido un significado nuevo.






Nota del autor: Espero que les haya gustado

16: La vida de Elizabeth Collins y Jefferson StanWhere stories live. Discover now