Capítulo XIV (Parte 1)

1.8K 81 2
                                    

En cuanto Stan se fue, después que me cambié y guardé el sombrero, me acosté en la cama. Lo quiero, lo odio, lo quiero, lo odio, lo quiero, lo odio... ¡Dios! Sobreviví, al final sí soporté todo aquello... y me gustó. ¿Estaba enamorada de él? Con todo lo que hizo hoy, el amor, el cariño, su forma cuidarme, de escucharme... todo de él me convenció para agarrarle cierto afecto. Lo sé, es una locura pero este definitivamente fue el mejor día de mi vida dentro de este horrible lugar. Comprobé lo que quería comprobar y los resultados me sorprendieron junto con mis acciones de hoy, y fingir que Jefferson y yo éramos novios fue una decisión que nunca pensé que me afectaría tan... bien. ¡Ding dong! La chica está enamorada.

¡Dizzy!, exclamé internamente al escucharla decir eso. No estoy enamorada de Benjamín. Sí lo estás, si sacamos cuenta... por más que haya sido él el que te besara la mayoría de las veces, tú era la que lo tomabas por sorpresa. Los dos sabían que él iba a tratarte como una princesa, como si realmente fueras su novia, él te quiere más de lo que tú crees. ¿Lo hace?

¡Por Dios! ¡¿Qué me pasa?!

Estoy actuando muy infantil, como hacen las chicas después de su primera cita con el chico que les gusta. Es decir, con Jerry me emocioné pero no tanto como lo estoy con Jefferson. Yo fui la que le pidió que fuéramos novios y yo fui la que lo besó unos días después de habernos conocido: Yo era la que había comenzado toda esta locura con aquel beso, yo había accedido a que Jefferson intentara todas estas locuras. Suspiré.

El amor era real, no solamente en novelas, en películas, comerciales, o como en secundaria que era un simple juego de niños y no era nada serio, solo por diversión; no era poesías o historias: Es un hecho que está frente de nosotros pero no es fácil de reconocer hasta que lo sientes de verdad, es algo que te seguirá por siempre a todas partes, algo que por más niegue sentirlo... al final valdrá la pena tomar el riesgo, ¿Verdad? Me levanté y agarré mi diario para sentarme en el suelo y escribir. ¿Acaso lo que sentía era amor?

Día 854.

Apenas dormí una hora, pasé toda la noche recordando todo el día anterior. A eso de las ocho Jefferson había llegado e intentó despertarme, lo cual funcionó:

-Ben, no.-le dije cuando me quitó la almohada de encima y me había cubierto los ojos con mi brazo.

-¿Estás bien?-Me preguntó.

-Estuve despierta toda la noche, recién me dormí como a las siete.-dije buscando la almohada y cuando finalmente la conseguí, me la coloqué encima de los ojos.

-¿Y eso?

-¿De verdad vas a preguntármelo? –Suspiré.- ¿Ya hablaste con Patrick?

-Me estás corriendo, ¿Verdad? –Sonreí.- Vale, te dejaré dormir pero no me iré hasta que desayunes.-Gruñí y él rió.

Después de media hora, volvía a dormir tranquila.

Soñé que estaba en un nuevo lugar, una habitación nueva y había alguien a mi lado, y me estaba mirando. No, no lo hacía, estaba dormido y yo era la que lo miraba; más bien, yo era la que lo admiraba. Sonreía y pasé una mano por su cabello delicadamente para no despertarlo, me levanté y decidí darme una ducha.

A los dos minutos de haber entrado en la ducha, escuché que la puerta se había abierto y sabía que él estaba sonriendo, entró en la ducha para cubrirme los ojos.

-Buenos días.-Susurró en mi oreja. Me soltó y me volteé para besarlo.

-Buenos días, lindo.

-No, linda tú.

-Oh cállate.-Me besó.

Aquel momento se sentía bien, uno que otro beso esquimal y luego nos reíamos. Terminamos de ducharnos y mientras nos vestíamos, me dijo:

16: La vida de Elizabeth Collins y Jefferson StanWhere stories live. Discover now