Epílogo

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Quién diría que una pareja duradera y perfecta, se trataría de un joven mecánico y un hombre que ha dejado la mala vida.

“A veces después de un duro golpe, sólo nos queda el consuelo de pensar que la vida tiene un plan secreto, quizás hasta una persona secreta...”









































—¡Bienvenidos!— Exclamó el piloto—. Éste es el último sitio a salvo. Todas las personas que han llegado aquí han demostrado ser inmunes.

—¿Está completamente seguro de eso? No recorrí la mitad de este asqueroso país para morir en vano.— Preguntó el del traje.

—Nick, tranquilízate...— Susurró el más joven.

—Completamente seguro, señor— Respondió—. Vengan, les enseñaré el lugar y sus habitaciones.

—Vaya, qué bien... Un tour...— Dijo de manera sarcástica el azabache.

Ingresaron a recepción. Era un gran recinto privado y cerrado.

Por la ventana de la oficina, se podía ver hacia el otro lado, que llevaba a zona segura y donde vivían los supervivientes. Era una especie de ciudad embotellada controlada por los militares.

—Su nombre por favor— Mencionó la joven secretaria frente a su ordenador—. ¿Señor?

—¿Has oído eso, Nick? Me llamó "Señor", jajaja...— Susurró Ellis junto al mayor—. Buenas tardes, señorita, mi nombre es Ellis, Ellis McKinney.

—De acuerdo... Gracias— Le invitó a continuar—. ¿El siguiente?

—Nicholas Dillon...— Respondió irritado.

—Claro...— La joven no pudo evitar sorprenderse al mirar la pantalla. Estaba ante un criminal con una detención pendiente—. ¿Usted es...?

—Sí. Soy Nicholas Dillon... ¿Quiere dejar de mirarme como a un fenómeno y seguir? Las personas cambian...

—¡Lo siento, pase usted!— Respondió asustada.

Nick caminó hasta el muchacho completamente irritado. Ellis soltaba carcajadas mientras se abrazaba el vientre.

—¡Jajajaja! ¿Dejarás algún día de intimidar a todos?

—Te recuerdo que te apunté con un revolver en la cabeza y ni siquiera te asustaste, así que técnicamente no intimido a "todos".

El menor guardó silencio.

Sonreía para sus adentros, recordando todo lo que habían vivido hasta ese momento. La primera vez que cruzaron miradas; o también cuando Nick le enseñó a disparar.

Lo miraba de reojo mientras los demás entregaban sus nombres. No podía evitar sonreír y pensar en lo enamorado que estaba.

—Te amo, Nick...— Soltó de repente llamando la atención del mayor, quien se encontraba apoyado contra la pared.

Éste abrió sus ojos sorprendido ante la repentina declaración.

—Yo...— Ya se lo había dicho muchas veces, sin embargo, ahora algo le impedía decirlo. Simplemente se limitó a besar la mejilla del chico—. Es un alivio poder respirar tranquilo.

El principio del fin | Nellis/Gay ©Where stories live. Discover now