Capítulo 8

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Una vez estando seguros dentro del refugio, Ellis comenzó a recargar munición y curarse algunas heridas, mientras Rochelle reforzaba la puerta, Coach buscaba comida y yo trataba de pensar en alguna idea para salir de este infierno.

Recordé que traía una pequeña caja de cigarrillos en el bolsillo del traje y un encendedor. Saqué uno del paquete para encenderlo y comenzar a fumar, eso siempre me ayudaba a pensar y relajarme.

Puse el cigarro en mi boca, y comencé a repirar aquel humo tan relajante, para luego dejarlo salir por mi boca.

—Oye, Nick— Ellis se me acercó, sin mirarme, y en cuanto me vió, su expresión cambió radicalmente—. No te entiendo... ¿Para qué luchas contra los zombies si te estas matando a ti mismo con esos cigarrillos?

—¿Disculpa?

—Nick... Los cigarrillos están hechos para matarte lentamente, provocarte una enfermedad muy grave a los pulmones, y morir.

—¿Crees que no lo sé? Pero no me interesa, Ellis. Yo no sigo con vida precisamente porque quiera, de hecho ni siquiera sé la razón por la que seguí este camino, tal vez para evitar el sentimiento de culpa de dejarte solo frente al fin del mundo, tal vez porque en realidad sí quiero vivir, tal vez porque no me odio del todo, ¡no lo sé!

Era más bajo que yo, al menos unos diez centímetros más bajo, pero aún así, con una cara de enojo, esa típica expresión de molestia infantil, se puso de puntillas y me tiró las orejas como si se tratara de una madre reprendiendo a su hijo.

—¡Aprecia tu vida, Nick! ¡Eres una persona increíble y eres mi mejor amigo! ¡¿Por qué te odias tanto?!— Todo esa recriminación la dijo mientras me tiraba del lóbulo de los oídos.

Creo que si no fuera por Ellis, ahora mismo yo no estaría aquí. De seguro sería una de esas cosas, o quizás, tal vez ni siquiera eso, tal vez hasta sería simplemente un muerto entre muchos otros. Aún así, no quiero demostrar aprecio, si lo hago, arruinaría mi propia existencia, si algo les llegara a pasar a los chicos, no quiero verme involucrado con sentimientos negativos.

—Ellis, no lo entenderías. Sólo es un cigarro, no te espantes tanto...

"No es sólo el cigarrillo..."

—Dímelo.

—¿A qué te refieres?

"No preguntes si sabes a lo que se refiere."

—El porqué te odias tanto... No comprendo. Eres alguien realmente genial, no deberías tratarte así...

"Basta... Por favor"

Si Ellis continuaba así, con halago tras halago, cumplido tras cumplido, y demostraciones tan grandes de cariño, yo terminaría colapsando.

"Únicamente quería demostrar mi gratitud por haberte conocido."

Bien. No estoy libre de culpa. Yo mismo le insité a creer que debería acercarse, que era un amigo. Aquella noche no fue la única vez que lo hice, pero en realidad no sé qué hacer. No quiero involucrar relaciones muy cercanas, eso significaría tener un enorme dolor al momento de perder a alguno de ellos, pero por otro lado, esto provocaría que mi miserable existencia logre tomar un sentido.

—¿Sabes qué? Creo que sería mejor centrarnos en volver al primer piso, escapar, y olvidarnos del tema.

"Deja de escapar, quiere ayudarte."

—¡¿Qué?!— Me cogió por el brazo y, con una fuerza que no sé de donde salió, me volteó hacia él—. Claro que no dejaré el tema de lado. Deja esos cigarrillos, y deja de odiarte... Si realmente te desprecias así, entonces... ¿Cómo es que me pediste ser salvado del Hunter aquel día?

El principio del fin | Nellis/Gay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora