Capítulo 12

2.3K 231 128
                                    

¿En qué punto le cogí cariño? Aquel mocoso entrometido que llegó a mi vida a causa de una llamada para matarme. Lo odiaba, no toleraba cuando comenzaba a hablar, pero ahora, estoy enormemente feliz de poder haberle conocido.

El suicidio nunca es una opción, ¿pero qué más podía hacer yo? Un tipo que únicamente era un parásito en el mundo, ¿merecía vivir? Es curioso que mi segunda oportunidad llegara cuando el mundo se había transformado en un parásito.

Cuando Ellis apareció frente a mí segundos antes de que el Tank me golpease, sentí miedo de perderlo. No quería relacionarme mucho con ninguno de ellos precisamente por eso. El dolor de saber que no recuperarás a esa persona con la que tanto compartiste, que sólo quedarán los recuerdos y que no volverás a oír su voz, es insuperable, quema y lastima.

—Bueno, creo que cruzamos.— Dijo Coach.

—Me gustaría subirme a alguna atracción— Comenzó a mencionar Ellis—. He oído de una que se estrenó hace poco, la "Screaming Oak".

En eso, un borboteo extraño se comenzó escuchar detrás de nosotros, junto a rasguños. Supimos de inmediato que se trataba de un Boomer, pero al voltear, no pudimos verlo.

—¿En dónde rayos está ese hijo de puta?— Preguntó Ellis—. ¡Su ruido me está poniendo de los nervios!

—Dios, no eres el único...— Dijo Coach.

Inesperadamente, luego de que intentamos continuar, esa cosa vomitó sobre Coach, dejándole cubierto en una sustancia verde viscosa que comenzó a atraer a los zombies.

—¡ARGH! Menuda mierda, no puedo ver nada...— Coach estaba totalmente segado a causa del vómito, por lo que se limitó a simplemente golpear hacia adelante.

—La bomba— Susurró a mi lado Ellis—. ¡Cuerpo a tierra!

Sacó de su bolsillo la bomba casera que antes había cogido. Presionó el botón para que esta comenzara a sonar y así atraer a los infectados. La lanzó lejos de nosotros, hacia una pequeña tienda que se hallaba en una esquina.

Los infectados dejaron de dirigirse hacia Coach y ahora comenzaban a correr hacia el ruido que emitía la bomba.

Nos escondimos dentro de la bodega para evitar cualquier daño que pudiera provocarnos la explosión de la bomba que lanzó Ellis.

—Estoy hecho un asco— Coach trataba de quitarse el vómito poco a poco mientras nosotros le cubríamos—. ¿Alguien mató a ese bicho?

—Nop— Pudimos oír a la bomba explotar, y junto con ella al Boomer—. Olvídalo, la bomba ya lo hizo.— Dijo Ellis.

—Hueles horrendo, ¡jajaja!— Rochelle se burlaba de Coach, el pobre no mostraba ningún amago de reír.

Salimos nuevamente de la bodega para continuar nuestro camino. Efectivamente, habíamos cruzado hasta el otro lado, donde se supone debía estar "Kiddieland".

—¡Miren todos! ¡Es Kiddieland!— Gritaba Ellis totalmente emocionado en tanto volteó a mirarme—. Quiero subirme a alguna atracción, sólo una... ¡Dejen que me suba a la Screaming Oak una vez! Aunque sea sólo una... ¡Igual y no volvemos nunca!

A pesar de tener veintitrés años, él realmente actuaba como un niño. Era adorable hasta cierto punto, aunque él se molestara cuando le trataran como uno.

—Je... A veces parece que fuéramos niñeras, ¿eh, Nick?— Dijo Coach.

Le miré de mala gana mientras me acercaba a Ellis, quien afortunadamente parece no haber escuchado lo que dijo.

—Ahora quiero montarme en uno.— Le dije mientras le sonreía.

Ellis era alguien extremadamente positivo y optimista, que buscaba soluciones en base a la diversión y hacer sonreír a los demás. No creo que sea justo menospreciarlo sólo por ser alguien así de feliz, aunque admito haberlo hecho cuando le conocí, pero era precisamente por eso, aún no tenía idea de quién era realmente Ellis McKinney.

El principio del fin | Nellis/Gay ©Where stories live. Discover now