Capítulo 13

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Estaba muy feliz de haber podido convencer a Nick de contarme su cumpleaños. ¡No me puedo creer que sea en sólo cuatro días! Tendré que pensar en algo sencillo, pero muy significativo. Quizás algún arma nueva, o un pequeño pastel, no lo sé ya veré.

—Bien...— Dijo Coach—. Allí hay un graffiti que indica un refugio, de hecho por aquí mismo deberíamos estar llegando al estadio.

—¡A seguir!— Dije yo.

Subimos por unas escaleras que guiaban a una habitación llena de cosas útiles, como munición, un pequeño armario de primeros auxilios con píldoras y unas cuantas armas de cuerpo a cuerpo, como un hacha y un bate de béisbol.

Yo cogí el hacha y Nick se quedó con el bate.

—Esto me trae recuerdos— Mencionó mientras sostenía el bate entre sus manos—. Partiré un par de cabezas con esto.

—¿Recuerdos de la secundaria?— Preguntó Coach.

—No exactamente— Respondió—. De alguna forma había que que enfrentarse a ese gorila del bar.

Todos guardamos silencio. Nick ha demostrado ser agresivo, prepotente e impulsivo, eso, y que hemos notado su fuerza física. No quiero ni imaginar la clase de riña que debió montarse en ese bar.

—Bu-Bueno...— Comencé a hablar intentando apaciguar el ambiente. Luego del comentario de Nick, Ro y Coach demostraron un poco de incomodidad—. ¿Ya todos cargaron?

—Eh... Sí.— Respondió Nick.

—Yo ya estoy.— Respondió entusiasta Rochelle.

—También yo.— Dijo Coach.

Salimos de la habitación y bajamos por encima de una especie de generador, pues no había otra forma de bajar y continuar.

Había una atracción para niños que sobre ella tenía un cartel que decía "Lil Peanuts Rockets". Era un gran carrusel de cohetes muy monos, rodeados por una reja. Tratamos de rodearlo, pero estaba completamente cerrado por todas partes.

Fuera de la atracción, había un cartel indicando la estatura mínima para poder montarse, indicaba un metro cuarenta como mínimo.

—Oh, vaya— Dijo Nick al mirar la advertencia de estatura—. Lo siento, Ellis, pero no puedes subir... Te vamos a extrañar.

—Ja, Ja, Ja... Muy gracioso, Nick.

—Bueno, al menos no habrá Jockeys.— Comentó Coach.

—Nop, sólo unos cientos de Tanks.— Bromeó Nick.

Sus bromas son pesadas, incluso a veces muy difíciles de comprender y soportar, pero de alguna forma me alegra que esté de "buen humor".

—Supongo que con esa caja de electricidad podremos abrir la puerta del juego.— Apuntó Rochelle.

—¡Yo le doy!— Dije mientras bajaba la palanca e inmediatamente se encendían un montón de mecanismos del juego. El carrusel comenzó a funcionar y reproducir una música muy alta.

—¡Ellis! ¡¿Qué demonios hiciste?!— Nick me gritó mientras yo intentaba apagar el juego. Traté de regresar la palanca a su lugar, pero eso no funcionó.

—¡Pues hice lo que debíamos hacer!— Respondí mientras entraba al juego para tratar de averiguar si había alguna manera de apagarlo.

—Éste parece un penitenciario para niños de cinco años...— Logré escuchar a Nick diciendo una de sus tantas bromas.

—¡Que alguien lo apague, está demasiado alto!— Ordenó Coach.

Finalmente, logré hallar el control de apagado al otro extremo de la atracción. Bajé una palanca que se supone debía funcionar para detener el carrusel.

El principio del fin | Nellis/Gay ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin