Capítulo 61. Reflexión y riesgo

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La reflexión es que:

Primero que nada, alguna vez dije que traería a Dory de vuelta, aún a costa de mi propia vida, ella no merecía morir.

Segundo, al saber que sí se pueden cambiar las cosas al viajar por el tiempo, no tenía más remedio que hacer al menos un último viaje.

Tenía que hacerlo...

Estaba decidido...

Pero debía hablar primero con el profesor para saber su opinión.

Y hablando del rey de Roma, veo al profesor entrar por la puerta con su larga melena y su barba, muy desalineado... Nunca me imaginé que vendría.

-Profesor, ¿qué hace aquí? Es muy peligroso, es mejor que se vaya -estaba a la defensiva.

-Tranquilo John, no te preocupes en vano -estaba tranquilo- tenía que venir a verte, era importante saber cómo estabas y necesito que me cuentes tu estado.

-Repito que es muy peligroso que haya venido, está en peligro todo por lo que hemos trabajado tanto tiempo -expresé un poco exaltado.

-Entiendo John, pero tranquilo que tú sabes que con esta pinta nadie me reconoce.

-Eso lo sé muy bien, pero ahora es distinto pues por lo que me sucedió hubo movimiento en su casa y alguien ya debe sospechar algo...

-No te preocupes en vano que solo fueron los paramédicos y ellos no sospecharon nada, mejor dime de una vez cómo te encuentras y respóndeme con sinceridad si lo que te ocurrió es debido a los viajes en el tiempo...

-No creo que ningún vecino haya salido a husmear o a curiosear al menos...

-Mira John, -al fin parecía que entendía mi punto y era obvio que las cosas no se podían seguir ocultando más- es muy cierto lo que dices, pero tenía que venir a verte, pase lo que pase... Además si ya se hubiesen enterado, ya me habrían atrapado pero todo ha estado tranquilo en estos días...

-No se confíe...

-Está bien, pero dime cuál es tu estado y la razón... Mientras más rápido lo hagas más rápido me iré de aquí...

-Sí, tiene razón... bueno como veo que usted ya intuye las cosas, sí, mi estado es por los viajes en el tiempo... -había resignación y culpabilidad en su rostro- el doctor dijo que ya no podía hacer lo que sea que haya estado haciendo sino puedo morir...

Se quedó callado por un momento, luego continuó:

-En ese caso, no me queda más remedio que suspender los viajes en el tiempo -dijo contundente.

-Pero profesor -reclamé.

-No John, no podemos continuar... O al menos tú...

-Déjeme hacer el último viaje, se lo suplico, ya tomé la decisión de que haría un último viaje, por favor.

-¡No! -alzó su voz- y se acabó la discusión, ahora es importante que te concentres en recuperarte y nada más... Yo me marcho.

Se levantó y se fue sin siquiera dejar que yo me despida...

Al siguiente día cuando mis padres vinieron de visita, el doctor les explicó que mi estado era por un fuerte golpe, y que debía permanecer en el hospital al menos un par de semanas más para poder evaluar mi estado porque dijo que era raro que no haya tenido ninguna hemorragia interna.

Al escuchar que no era tan grave como ellos pensaban se aliviaron.

Pasaron los días y con ellos mi estancia en el hospital al fin finalizaba. Por suerte nunca tuve complicaciones y mis órganos estaban empezando a recuperarse de a poco. Pero el doctor me volví a advertir que deje lo que sea que estuviera haciendo pues la próxima vez no correría con tanta suerte...

Visto que mis padres no iban a dejar que salga de casa por al menos el tiempo que recomendó el doctor, no tenía más opción que esperar pacientemente para ir al laboratorio del doctor, pues en aquella ocasión lo vi decidido a no dejarme continuar con los viajes...

Por el momento no podía hacer nada más...

Todo el tiempo en casa lo utilicé para maquinar ideas de mi último viaje en el tiempo...

Tenía que hacerlo...

Si moría, al menos habría valido la pena...

Y más días pasaron...

El tiempo de descanso ya estaba finalizando, ya podía moverme sin problema y ya sentía que recobraba las energías que tenía antes de que todo esto suceda, ya me sentía bien otra vez.

Y al fin llegó el último día de estar en la casa...

Era obvio lo que haría...

Iría a ver al profesor...

Ya no podía esperar más...

Además llevaba conmigo un cuaderno completo con las ideas que tuve mientras estuve en reposo...

Tenía que convencerlo de alguna manera...

Tomé rumbo de inmediato a la casa de Émpore...

Al llegar, me coloqué en una de las entradas para que me vea y me deje entrar como era costumbre, pero, esperé y nunca salió.

¿No me abriría? 

Se estaba tomando muy en serio lo de no dejarme viajar que ni siquiera me iba a dejar entrar al laboratorio...

Pero no me podía quedar así, tenía que intentarlo una vez más. No me importaba las consecuencias, solo tenía que hacerlo...

Salí de ese entrada y me coloqué en otra. Esperé por un tiempo prudencial pero tampoco salió.

Ahora solo me quedaba ir a la puerta principal de entrada de la casa, aunque fuera muy riesgoso, pero lo iba a hacer.

Sabiendo que nadie abriría tuve que trepar por las vallas y me adentré a la casa de Émpore.

Mi plan era llegar a la entrada del laboratorio que dá a la casa, pues por lo menos en aquella entrada podría exponerle mis puntos a Émpore, ya que en las otras no se podía siquiera hablar.

Ingresé a la casa que aún parecía abandonada, por una de las ventanas, ya en el interior, cerca de mi objetivo, escucho:

-Así que mi hijo no te quiere dejar entrar al laboratorio, ¿no es así John?

Un señor de barba blanca con una imponente presencia hablaba...

Era un personaje muy conocido...

Pero qué hacía en este lugar...

(Continúa en el siguiente capítulo)



La Paradoja de los Viajes en el Tiempo (Completa)Where stories live. Discover now