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Se removió incómodo bajo la atenta mirada de lo seis chicos, sinceramente no pensó que habían tantos amigos que se preocuparan por Ron, y sin duda ya se imaginaba que Malfoy y Snape estarían ahí, pero la presencia de los herederos de la familia Zabini, Longbotton y Nott fue una sorpresa, pero le alegraba saber que su hermanito estaba bien cuidado, no había estado en el colegio por todos esos años sin saber que las serpientes se protegían entre ellas, y eso era tan bueno para su pequeño Ronnie.

-¡Hola, me llamo Harry!- comenzó a hablar el de ojos verdes, desde el desayuno que estaba temblando por presentarse ante el Weasley mayor pero había tenido la decencia de darle privacidad a los pelirrojos, Draco simplemente suspiraba mientras se frotaba el puente de la nariz y Ron soltaba una risita con con Neville, las demas serpientes simplemente sonrieron, no se parecía en nada al niño que atacó a un séptimo año en su primera noche.

-Uh... Hola Harry, de hecho, hola a todos, estoy muy feliz que sean amigos de mi hermano, ahora, lo que le revelaré a Ron es algo que solo mi abuela sabía y solo a mí me lo dijo, así que les pediré discreción, al menos por ahora- al ver las seis cabecitas moverse de arriba a abajo les dio una cálida sonrisa.

-De acuerdo, siganme- y sin más dio media vuelta, con dirección a una de las muchas mesas escondidas entre los estantes más alejados de la biblioteca.

-Bien, cuando mi abuela aún vivía, yo era muy pequeño, pero no por eso significaba que no entendiera.
Ella siempre me contaba una historia cuando nos visitaba, la misma siempre, no me cansaba de ella- una suave sonrisa se instaló en sus labios, su mirada se encontraba perdida en algún punto; recordando su pasado.

-En ella hablaba de un Fénix, que había sido atacado por magos debido a su poder, tanto para pociones como para varitas... querían matarlo, pero pudo escapar. Lo malo era que estaba herido y a punto de volverse cenizas, no tuvo ni tiempo de hacer su nido.-

Los pequeños los miraban atentos y con el brillo de la emoción creciendo en sus ojos.

-La abuela era una Black, una muy orgullosa, a pesar de haberse alejado de la familia continuaba con las tradiciones y sabía de la importancia de un nido para que el ave pudiera descansar, lo había ayudado, en un arbol alejado de nuestro jardín preparó un nido para el fénix, quien no esperó un sengundo para posarse en él y ser cubierto por la llamas, donde apareció entre las cenizas un pequeño polluelo- en ese punto los seis chicos tenían su total atención, la mente de Harry maquinaba a toda velocidad, al igual que la de sus compañeros, sin embargo, él fue el único en hablar.

-¿Se ganaron el favor de la criatura?- preguntó en un susurro el de ojos verdes, la mirada de Percy se posó en él, había un cariño... maternal que desbordaba del mayor.

-Sí, la abuela no pudo recibir los dones que el ave quiso darle, cuando eso ya era muy mayor, no tendría caso que lo tuviera, sin embargo le pidio al ave que se uniera a ella, le había dicho que tendría dos nietos con el suficiente buen corazón como para poder utilizar su poder.
Hablaba de Ron y de mí, después de unos años me di cuenta, cuando al enojarme pequeñas llamas aparecían pero no me hacían daño.
La abuela me dijo que sería muy fuerte, que en sueños vio que el último hijo varón, el sexto sería quien también recibiría el don- miró a Ron quien parecía perdido, pero en realidad sabía que se encontraba analizando y absorbiendo toda la información.

-La abuela tenía pequeños vestigios de magia antigua en ella, podía ver el futuro, no muy adelante, pero sí lo suficiente, y a pesar de que estuviera vinculado al ave, como había visto en sus sueños, solo dos pudieron recibir los dones, es muy poco común que un Fénix se vincule de tal manera a un mago, de por sí es raro que incluso sea familiar de alguien, pero la vinculación con la abuela fue una ligeramente diferente-

The Dark Side  (Tomarry) |PAUSADA|Where stories live. Discover now