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El sonido de un gran trueno lo hizo saltar del susto, y el frío viento también había hecho que su pequeño cuerpo temblará por el brusco cambio de temperatura,  poco a poco fue abriendo sus ojos, encontrándose en una habitación que no reconocía, las paredes pintadas de un suave verde pastel, una gran cama con sábanas blancas y doseles de madera oscura con unas cortinas abiertas del mismo color que las paredes, confundido miró más allá, encontrándose con su lechuza descansando en su jaula y con su bella serpiente durmiendo pacíficamente en su contenedor.

Y entonces,  como si de una cachetada se tratara,  todos los recuerdos le vinieron de golpe, su pequeña fiesta de cumpleaños con su padre, sus regalos, lo de los Malfoy,  la carta que escribió para Draco...

-Papá- susurró con una pequeña lágrima de felicidad, vio un movimiento en la pared y se asustó,  apretando las sábanas bajo sus manos.

-Tranquilo- susurró una suave voz femenina,  Harry trago grueso,  mientras se acercaba a un gran cuadro al lado de la ventana,  en él podía verse una muy hermosa mujer, pálida de piel cetrina,  hermosos y largos cabellos negros y de ojos exactamente igual a los de su padre... pero los de esta mujer mostraban más dolor que los de su guardián. Frunció el ceño,  era una mujer hermosa sin lugar a dudas, al igual que  Severus, tenía gruesas cejas bien perfiladas y pómulos pronunciados,  toda la estructura ósea de su rostro gritaba que era una aristócrata.  Se veía muy joven en la pintura y... aunque esta se moviera, era un mago, no ¿Estas cosas sucedían en el mundo mágico?  Quizás ella podría hablarle un poco mas de su padre y...

-Abuela...- susurró sin darse cuenta,  sonrojandose al instante por su descaro,  tapándose los labios y mirando al piso avergonzado. Pudo oír una risita provenir del retrato.

-¿Asi que tú eres el hijo de Severus? - preguntó,  Harry miró al suelo, un poco triste y también un poco apenado.

-Él me adoptó- las palabras dichas por el pequeño asombraron a la mujer, no pudo si no evitar sonreír con la dulzura maternal que la caracterizaba.

-Entonces debes ser un chico muy especial,  pequeño.  Severus no tiende a ser alguien muy cariñoso,  y el que te haya traído aquí a vivir, donde pasó tantas cosas malas...- el tono de voz de la mujer cambio a uno más melancólico.  Miró alrededor con tristeza y negó levemente con la cabeza.

- Eso no importa,  si te trajo aquí a vivir,  es por que de verdad te quiere- Los ojos de Harry brillaron con intensidad y chocaron contra los negros de la mujer del retrato. 

-Mi nombre es Harry Snape,  heredero del Lord Severus Snape Prince- dijo con solemnidad el más pequeño,  provocando ternura en la mujer,  quien le asintió con la cabeza.

-Muy buenos modales,  pequeño,  yo soy Eileen Snape,  de soltera Prince,  la madre de Severus- le sonrió con cariño justo al tiempo que  la puerta se abría y un Severus preocupado entraba con algunas mantas. 

-Hijo, queria saber si... madre- susurró lo ultimo con cierta vergüenza invadiendo su pecho, la mujer del retrato levantó una de sus bellas, gruesas y perfiladas cejas en espera de una explicación. 

-No sabía que tenías la manía de ocultar cosas, Severus- lo había dicho en el mismo tono que él mismo había usado cuando fue a buscar a Harry,  frunció el ceño disgustado mientras oía la pequeña risa de Harry a un costado suyo.

-Fue algo imprevisto... Harry, yo debo cuidarlo,  quiero hacerlo- volvió a fruncir más el ceño a la par que sus mejillas adquirían un  rosa potente,  la mujer a su vez suavizó sus facciones y sonrió levemente. 

-Así que esta pequeña lindura es mi nieto- cambio totalmente el tema, siendo el momento de Harry para sonrojarse y apretarse a la pierna de Severus mientras éste le daba el siempre presente apretón de hombros con una caricia a sus cabellos incluidos. 

The Dark Side  (Tomarry) |PAUSADA|Where stories live. Discover now