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Seis meses, tuvieron que esperar seis puñeteros meses en los que el incompetente de Fudge preparaba todo para un juicio fuera de las narices de Dumbledore, ese vejete sabía ser persuasivo, por ello fue que tuvieron que ser más discretos. Harry se hacía viejo y aun no conocía a su padrino, con casi diez años, gruñía y fruncía el ceño exactamente igual que su papá Severus, el lobo reía ante las rabietas del pequeño infante, y Draco... bueno, ya comenzaba a ser una pequeña copia de Lucius, aunque con el encanto de Narcissa.

-Ese estúpido ministro, no sirve de nada- Harry agitaba sus brazos tratando de que su enojo se dispara, mientras sus padres y sus tíos lo miraban aguantando las risas.

-Lenguaje, mocoso- dijo Severus, suspirando, hacía días que se encontraba así, nervioso, Regulus había sido convocado al ministerio, seguramente le dirían la fecha del juicio hoy, el pequeño soltó un gruñido, demasiado parecido al de su padre Remus cuando se enojaba.




Las llamaradas verdes se vieron en la chimenea y Regulus salió de ellas, limpiando el inexistente hollín en su túnica, observando cómo todos los presentes lo miraban con aprehensión y hasta con ansiedad. 

-¿Cuando veremos al tío? - fue la voz aniñada de Draco quien rompió el tenso silencio.

-Dentro de dos días, mañana iré a visitarlo una última vez a Azkaban- mencionó y todos suspiraron, solo dos días más y tendrían la familia unida nuevamente, aunque también faltaba el Lord, y lo estaban buscando, por toda Albania, aunque sin buenos resultados. 

-Estúpido ministro - sí, Harry seguía descargando su furia mirando un jarrón de cerámica del siglo XVI  que descansaba sobre una pequeña mesa alta de madera oscura, Regulus sólo suspiro mientras se acercaba a su pequeño pelinegro favorito, pues su rubio favorito era Draco. 

-¿No quieres que le lleve algo a tu padrino de tu parte? - murmuró el ojigris, mirando los brillantes ojos verdes de Harry quien sonreía emocionado, para luego ponerse en actitud pensativa con los dedos índice y pulgar descansando en su mentón. 

-¿Podrías decirle que... no importa lo que suceda, siempre será mi padrino, y que espero que se lleve bien con mis padres?- dijo, frunciendo el ceño, pensando que más podría decirle o darle a su padrino el día antes de su juicio.

-¡Oh! también otra cosa...- dijo el pequeño, acercándose rápidamente a su tío Reg.


















La mañana siguiente había llegado con algo de tristeza, algunos como Narcissa, Draco,  Harry y Remus deseaban con mucho ahínco que Sirius no pasara ni un solo día más en Azkaban, Severus se había encargado de explicarle a los más pequeños el funcionamiento de los dementores, estos asustados empezaron a internarse en la biblioteca Malfoy esperando encontrar algo que los protegiera de esos "horribles e incomprendidos" seres, sí, a pesar del terror y toda la cosa lograron fascinarse con aquellas criaturas.

Severus dio un pequeño vial con un líquido azul eléctrico dentro a Regulus antes de que partiera por la chimenea, rumbo al ministerio y de allí a ver a su hermano mayor.

Una vez que estuvo rodeado de las paredes rocosas, húmedas y mohosas de la cárcel para magos, Regulus Black se vio nuevamente recorriendo el mismo pasillo que lo llevaba hasta la celda de su prima y hermano, al pasar por la de ella solo susurró  un "Sé fuerte y no olvides los ideales por los que luchas", aquello había bastado para que el pequeño y frío corazón de la desquiciada mujer se entibiara... solo un poco, lo suficiente como para sonreírle y con renovada determinación fuera a su rincón favorito de la celda.

Suspiró nuevamente una vez que estuvo fuera de la celda de su hermano, quien al oír los pasos regresó a su forma humana, quién hubiera creído que el ser un animago no registrado le ayudase a no enloquecer gracias a los dementores, esos chupadores de felicidad no atacan animales. Aun recordaba esa clase de Defensas Contra las Artes Oscuras muy clara en su mente, pero la puerta abriéndose  lo sacó de sus pensamientos, una imagen demasiado parecida a la suya, pero mucho más adecentada ingresó por ella, su hermano lo miraba con un extraño brillo en sus ojos grises; tan parecido a los suyos. 

The Dark Side  (Tomarry) |PAUSADA|Where stories live. Discover now