Consorte del rey • Thorki •

Capitulo 34

Los dos sabemos lo que siente el uno en el interior del otro y con fuerza de leones se besan nuestras almas.

Después de quedarse dormidos en la quietud de una noche fría como esa donde el silencio se hacía presente, acurrucados en la inconsciencia de sus sueños ¡Amaneció en sus vidas un nuevo día!

La embaucadora podía percibir un cuerpo caliente a su lado que quemaba su congelado ser, aún estaba abrazada con su eterno enemigo, su más dulce adverso. Encerrada en esos grandes brazos que la apretaban, aquellas manos fuertes y callosas que la sujetaban con furor, esa barba que raspaba su piel sensible. Era aquel cuerpo varonil que friccionaba contra el suyo de una manera que su misma sangre fría, ardía de éxtasis.

Ikol se encontraba hundida en ese abrazo cálido, apreciando como el aroma masculino quemaba su nariz, yacía tan cerca, tan íntimamente cerca pero no se sentía incomoda, si no avergonzada de mantenerse tan atraída a alguien de esa manera como si quisiera que sus cuerpos se entrelazaran.

Desde la adolescencia que pudiera recordar solo habían pocas personas a las que dejaba entrar a su espacio personal de esa forma y les permitió estarlo sin tener miedo a ser apuñalado por la espalda, esos eran su familia, sus hermanos adoptivos o sus ex hermanos los que fueron cariñosos con él en el pasado y también estaba Surtur pero esa era otra historia que prefería olvidar, finalmente se encontraba la princesa Sigyn la cual iba a casarse si ese demonio e fuego no se hubiese entrometido o el maldito contrato.... Probablemente el destino le unía al tronador.

Su relación pasada con Thor siempre fue fraternal, aunque conservaba pequeños episodios en los que recordaba al tronador besándola en un jardín de flores rojas. La diferencia estaba en que ahora era la esposa y por esa razón despertaba junto a él como si fuera una amante, él la abrazaba de la manera más apasionada posible, de forma menos fraternal, era como si lo hiciera a propósito, ese contacto físico tan intenso y lo peor de todo es que, aunque se negara a aceptarlo ¡Ella lo quería! ¡Deseaba esa aproximación mutua!

En esos momentos anhelaba que el musculoso hombre la tomara a la fuerza para poder dar rienda suelta a sus deseos, manteniendo el orgullo porque ella habría dicho que no pero su cuerpo habría rogado por más. Pero Thor había dicho que no volvería hacer nada que no fuera consentido después de lo que había sucedido en su noche de bodas, el pánico que sintió era justificado porque el tronador actuó como lo haría el demonio de fuego y eso le asusto, generalmente aunque fuese violento, Loki sabía que nunca lo lastimaría a propósito pero por un momento temió que se saliera de control como Balder hacía.

Tenia los traumas que le dejo Surtur.

No podía decirle a Thor de su inseguridad, el miedo a la intimidad se debía principalmente al contenido de aquellas cartas porque pensó que lo había superado pero quedaba el temor infundado porque Thanos era cruel pero Surtur le hacía más daño porque usaba las debilidades a su favor.

Thor era tan dulce, fue tan cariñoso, tomaba su cuerpo como si fuese algo importante para él, como si de verdad le amara hasta cuando besaba su piel cada parte de su cuerpo parecía sucumbir ante él y no quería tener esos pensamientos, los pensamientos que buscaban al espécimen, los pensamientos que deseaban al tronador con mayor intensidad.

Pretendía dejar de pensar, dejar de actuar, dejar de usar su cerebro, estar junto a él la descontrolaba, la enloquecía y no debía ser así ¡Debía mantener las cosas en control, como siempre un estratega nunca deja de analizar y formular planes!

Trataba de convocar a su mente las memorias de su pasado, en aquel aborrecimiento contra el tronador, en el odio ciego al recordar que la abandono, en lo que él le hizo todos aquellos años de dolor y humillación para no despertar el deseo platónico, para no anhelar sus caricias, para que su cuerpo no tuviera necesidad del tronador ¡Tenía miedo de que ese ardor apasionado se convirtiera en algo más!