Consorte del rey • Thorki •

Capítulo 9 -Metamorfosis-

Loki abrió los ojos al sentir la escarcha en sus parpados, despertó en ese gran castillo de hielo.

Su cuerpo estaba completamente azul en su estado natural, se vistió con una ropa que habían dejado para él, hoy era el día de su nombramiento oficial como parte de la familia real, dejaría atrás lo que solía ser y por ende ya no sería más un Odinson y estaba algo nervioso por todo eso.

Se miró en un gran espejo viendo su reflejo tan diferente al que solía tener y le dio un golpe con sus propias manos rompiéndolo en mil pedazos, no se aceptaba, no podía acostumbrarse a esa apariencia que tanto odiaba ¡Se detestaba! toda su vida odió a los gigantes de hielo y él era uno de ellos. La sangre fluía y dolía, pero por lo menos ese dolor le quitaba el del alma, su cuerpo sanaba la herida rápidamente, ya que era parte de su anatomía, si no fuera así probablemente hubiera muerto por los Chitauris. Cerro los ojos no queriendo recordar, se arrodillo llorando pues no tenía más lagrimas estaba roto como aquel vidrio que destrozo, como un cuerpo sin alma.

Se odiaba tanto por no ser perfecto como Thor, por no tener esa vida, por no ser feliz ¿Por qué no podía ser feliz? Tal vez nunca alcanzaría esa felicidad porque era miserable. Era doloroso ser esa persona la cual todos odiaban y no quería sufrir más, prefería el dolor físico de esos vidrios incluso esa sangre derramada por su piel, esa asquerosa sensación a no ser capaz de soportar esa angustia tan terrible.

Porque ya todo carecía de importancia, no tenía nada que perder, lo había perdido todo o posiblemente jamás tuvo algo verdadero.

Caía en ese pozo del dolor y la demencia, pero no había nadie, nunca hubo nadie que lo salvará de aquel dolor y esa soledad profunda.

No quería sentir aquel sufrimiento en su alma que lo golpeaba, ni ira de ambicionar romper todos los espejos para no ver reflejado su propio fracaso, ni su propio ser. Se sentía destruido ¿cómo podía ser igual a otros? cuando era una bestia posiblemente su destino lo marco con lágrimas de sangre.

Finalmente abrió sus ojos cuando sonó la gran puerta.

- Señor es hora de que vengas con nosotros

Camino con la cabeza gacha, sus ojos hinchados a una enorme sala donde había unos ancianos reunidos y varios de los jotün, los más importantes.

Estaba el rey Helblindi, el príncipe Byleistr observándolo, dándole la bienvenida y empezando los preparativos para dicha celebración.

- Loki Laufeyson mi hermano, es hora de que asumas tu cargo como legitimo príncipe de Jötunheim. -Dijo con solemnidad Helblindi

Le pusieron un medallón de hielo extraño que era un controlador de magia después le dieron de beber un extraño liquido espeso y verde. Al momento de tomar esa bebida sintió un terrible dolor, cayo de rodillas, empezó a cambiar; no como la primera vez si no su cabello creció hasta su cintura dejando su color negro, era una figura esbelta, sus ojos eran del color verde habitual, aún era delgada con una estrecha cintura.

Se parecía en sus facciones, sus labios enrojecidos. El dolor aumento al sentir el poder que, fluida por sus venas, la adrenalina, la magia era tan potente apenas era que podía levantarse o controlarlo.

La magia hizo que tuviera un aura verde explotando por toda la sala, gracias al medallón poco a poco se fue estabilizando. Aun generaba algo de electricidad su cuerpo estaba tratando de adaptarse a grados tan altos de energía sin embargo como ellos lo dijeron su cuerpo femenino era capaz de aceptar y resistir.

Los demás lo miraron con asombro como un enano podía tener tanto poder mágico.

- Ahora tienes el poder suficiente es cuestión de aprender a controlarlo- Agrego Byleistr