Consorte del rey • Thorki •

capítulo 32

Llegue a esa gran escuela de magia que parecía más bien un enorme y misterioso castillo, me adapte muy bien, estudiaba mucho, era el mejor de mi clase. Balder y yo compartíamos un apartamento, cuando lo miraba me recordaba tanto a ti, quizás era porque te extrañaba, todos los días pensaba en volver a verte, éramos muy unidos separarnos fue un paso difícil de superar, ya no estábamos juntos pero la vida era así.

Aún tenía a Balder, eso me hacía sentir más tranquilo, pero contigo me sentía más seguro, extrañaba cada conversación, cada pelea, cada sonrisa y el jardín...

Pasaron varios años en los que de vez en cuando me visitabas, hasta que paso el incidente que lo cambio todo, nunca conté lo que paso en realidad quizás me daba vergüenza para alguien orgulloso como yo confesar esto...

Tuve una amiga muy hermosa llamada Sigyn, era una princesa de un reino distante, pasábamos tiempo juntos, nos llevábamos muy bien y ella me confeso que le gustaba, yo decidí darle una oportunidad así que la cortejé apropiadamente y estábamos conforme juntos pensé que me podía enamorar de ella porque era dulce, buena y muy inteligente.

Se la presente a Balder y él parecía feliz de que yo tuviera una novia, pero el mismo día en la noche cuando llegue al departamento después de clases fui atacado por alguien fuerte que me derribo de un sólo golpe, me pegó una y otra vez sin piedad. Fueron muy graves las fracturas que recibí, llegué a parar inconsciente hasta los curanderos, después de una semana desperté, mi hermano asustado llego a mi auxilio él era muy dulce, tierno estuvo cuidándome hasta que estuve totalmente recuperado como lo hubieras hecho tú.

Mi cuerpo dolía tanto pero aun así seguí estudiando la historia y manejo de la magia, el tipo que me golpeo me había robado energía por eso duré tanto tiempo recuperándome, seguí viendo a Sigyn que estaba preocupada por mí.

Lamentablemente en la noche paso lo mismo un ignoto me volvió a tirar al suelo, sólo que estaba vez trate de pelear arañándole toda la cara, él me atrapó e inmovilizo en el suelo, yo trataba de luchar contra él, pero era muy poderoso, imposible de vencer; estaba sometido ante un criminal.

Fue cuando paso algo que no esperaba ese delincuente me beso con tanta pasión que me dio asco, sentía sus dientes mordiendo mis labios, su boca abriéndose paso a devorar, dentro de mi boca su lengua con maestría, el desgraciado tomó su tiempo, quería vomitar no era más que un acto de violencia y agresión.

Al despertar estaba débil el maldito beso me robo energía, fue cuando que vi que Balder tenía la cara arañada, sus labios estaban inflamados incluso mordidos, empecé a sospechar que algo estaba pasando, nuestro hermano era demasiado bueno como para golpearme, demasiado inocente como para besarme de esa forma, pero había evidencias que no mentían.

Pasaron algunos días hasta que volvió el agresor esta vez estaba preparado cuando entró me tire encima, aferrándome para ver su rostro y me di cuenta que efectivamente era mi hermano no obstante este era diferente dado sus ojos se veían azules llenos de odio, malvados, sus rasgos cambiaron ¡Ya no era el Balder que conocía, era alguien más! Dije su nombre y él empezó a insultarme, me agarro del pelo y se subió en mi para besarme de nuevo, yo me aparte sin embargo me atrajo, obligándome a sentarme en sus piernas y empezó a morder el cuello lentamente succionando la sangre como un vampiro, yo me debilite hasta quedar inconsciente.

Desperté cuando Balder me estaba viendo preocupado y volvió su mirada dulce, sus caricias suaves como si no hubiese pizca de maldad en él.

¿Qué estaba pasando?

¿Cómo podía ser la misma persona?

Alguien que me trataba con tal cariño, me golpeaba de tal manera.