Consorte del rey • Thorki •

Capítulo 23

El tronador trabajaba arduamente en sus obligaciones como el nuevo rey de Asgard... Si bien la mayoría del tiempo se encontraba aburrido, a veces deseaba ser adolescente para no tantas responsabilidades. Al menos no estaba solo en su deber, la joven hechicera se encargaba de los trabajos políticos y asesoramientos.

A Thor le gustaba que Ikol estuviese cerca, ella tenía el don de las palabras, de las sonrisas encantadoras y artificiales. La reina era una distracción cuando estaban en esas horribles reuniones que duraban horas y a las que no ponía mucha atención, mientras la hechicera estaba atenta a cada palabra ¿Cómo podría disfrutar de algo tan fastidioso?

El rey sólo fantaseaba, de modo que al final le decía a Ikol que le diera por escrito un resumen de todo lo que hablaron, él lo revisaba y firmaba.

Era simple.

Después se iba a gastar todas sus energías en entrenamientos, dando clases a los novatos guerreros; todas sus frustraciones se iban al momento de pelear o de entrenar.

Loki y Thor eran como un equipo a la hora de encargarse de la diplomacia; a Thor no le gustaba sonreír falsamente y hablar de manera hipócrita a personas en quien no confiaba, prefería estar con sus amigos en los campos de entrenamiento. Por el contrario, Loki disfrutaba manipular y engañar a las personas con su lengua de plata que usaba con astucia en el tribunal.

Ese era el plan de Odín en primer lugar. Tener a los dos en el trono de manera que Loki manejara la diplomacia y Thor se encargara del pueblo, la protección de Asgard.

Era equilibrado porque el hechicero era astuto, usaba su inteligencia mientras el tronador era más físico, le gustaba luchar y no estar dentro de una sala todo el día.

Loki cuando terminaba leía un libro de magia, practicaba sus hechizos con tranquilidad, de vez en cuando veía al tronador entrenando, este se esforzaba mucho quizás era una forma de no pensar.

La hechicera solía tener la misma rutina de siempre, como si nada hubiera cambiado, deseaba creer que aún seguía siendo el embaucador de toda la vida, que nada había alterado su forma de vida, pero sabía que todo se había transformado de tal manera que era irreconocible.

Deseaba engañarse a sí misma pensando que siendo un nuevo ser, sus errores del pasado no iban afectar el futuro sin embargo no podía engañar a todo el mundo, tenía un pasado como Loki.

Ikol no notaba mucho al tronador salvo cuando lo veía mientras entrenaba o en los tribunales, en el trabajo y además en las noches. Tenía cierto miedo que este percibiera que detrás de las máscaras estaba lo que el anhelaba, un fantasma, un recuerdo, un embaucador travieso.

El tronador parece neutral incluso actúa de forma indiferente.

A veces tiene miedo de esa frialdad.

A veces tiene miedo de que Thor la trate como a un ser insignificante.

A veces tiene miedo de que el tronador se aburra de ella.

Siendo su supuesta enemiga. ¿Se debería sentir feliz de que Thor se aleje?

¿Debería mostrase satisfecha de que ya no la quiera tocar?

Sí debería sentir todo eso, pero lo único que quedaba era ese vacío infernal. Entonces en lugar de estar feliz ¿Por qué se siente tan triste?

Los días pasan en soledad y Loki empieza a deprimirse, parece afectarle esa indiferencia cruel, es como si algo le quemara en su interior, de esa manera fue en su pasado. Thor se había alejado, él tomó medidas drásticas convirtiéndose en un villano, pero el poderoso guerrero se desentendió, se rindió y eso le dolió.